Fronteras del Conocimiento

La Fundación BBVA premia a John Adams, impulsor de la ‘docu-ópera’

MADRID
SERVIMEDIA

La Fundación BBVA concedió este martes el 11º Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música y Ópera a John Adams, impulsor de la 'docu-ópera' como nuevo género y creador de una voz única que combina la complejidad musical y la conexión con el público a través de una rica paleta de emociones.

El acta del jurado indica que Adams merece el premio por componer “una música que es genuninamente de nuestro tiempo, y siempre lo ha sido, desde finales del siglo XX al siglo XXI”. Además, destaca que el galardonado se aleja “del compositor científico, intelectual, para buscar un artista comprometido con el público” que abre su ‘paleta emocional’ para conectar con la audiencia.

“Tenía la sensación de que el mundo de la música contemporánea era cada vez más estéril”, corroboró Adams en declaraciones facilitadas por la Fundación BBVA, antes de añadir que pensaba que “los compositores estaban cada vez más ensimismados y sólo componían para ellos mismos”.

“Al mismo tiempo, presencié el florecimiento de la gran época de la música rock, que hablaba a la gente en un lenguaje sencillo y apasionado. Yo quería forjar un lenguaje musical propio que, aunque estuviera dentro del marco de la tradición ‘clásica’, tuviera una energía y una potencia comunicativa similar a la que posee la gran música popular americana”, agregó.

Tras ser uno de los padres del minimalismo, el maestro norteamericano se separa de esa etiqueta para encontrar “una voz única en la música contemporánea”, según el fallo del jurado, que añade que con ella ha “creado un estilo personal basado en los estándares más elevados de excelencia técnica y musical, que a la vez ha logrado una poderosa conexión con un público amplio”.

Adams admite que ha recibido influencias musicales de una lista tan heterogénea que incluye tanto a Bach, Mozart o Stravinsky como a Bob Dylan, Duke Ellington o Stevie Wonder: “Forman parte de la cultura americana y me han influido todos ellos”, relató poco después de conocer la noticia del premio, antes de señalar: “Crecí escuchando todo tipo de música y creo que lo que caracteriza a la música americana es que no existen fronteras rígidas entre lo ‘elevado’ y lo ‘popular’, o lo que en Europa se considera ‘arte’ o ‘entretenimiento’”.

ORÍGENES

El premiado tuvo desde muy pequeño una estrecha relación con la música en su Nueva Inglaterra natal, donde aprendió clarinete de su padre. Su abuelo era propietario de un club de jazz en New Hampshire, en el que Adams escuchó a grandes del género como Duke Ellington & His Orchestra.

Con sólo 10 años comenzó a escribir sus primeras composiciones y siendo aún adolescente dirigió a una orquesta interpretando una pieza original suya. Obtuvo una licenciatura y un máster en Composición Musical en Harvard y, buscando nuevos horizontes sonoros, se cambió de costa en 1971 en un viaje a California, donde tiene su residencia desde entonces.

Fue profesor del Conservatorio de Música de San Francisco durante 10 años y fue en esa época cuando conoció el minimalismo. Influido por esa corriente compuso alguna de sus primeras obras conocidas como ‘Shaker Loops’ (1978), en las que el jurado asegura “su voz distintiva ya estaba emergiendo”.

Posteriormente, en 1982, se convirtió en compositor residente de la Orquesta Sinfónica de San Francisco hasta 1985. Muchas de sus obras orquestales más importantes fueron escritas para y estrenadas por esta formación, como ‘Harmonium‘ (1981), ‘Grand Pianola Music’ (1982) o ‘Harmonielehre’ (1985).

‘COMPOSITOR POLÍTICO’

Adams, que tiene composiciones en todos los géneros -solista, cámara, orquestal, ópera y oratorio- sobresale, de forma propia y muy singular en el campo de la ópera. En 1985 comenzó una fructífera colaboración con la poetisa Alice Goodman y con el director teatral Peter Sellars, que desembocó en ‘Nixon in China’ (1987), que relata la visita del expresidente de Estados Unidos a Mao Tse-Tung en 1972.

Con ella, Adams “impulsó un nuevo tipo de ‘docu-ópera’, al componer sobre acontecimientos en la memoria contemporánea, y abordar con audacia cuestiones polémicas de nuestro tiempo”, según subraya el jurado. “Siempre he sentido un enorme interés por la historia y la política”, aseguró Adams al respecto, antes de recalcar: “Si queremos que la ópera tenga futuro, los compositores debemos elegir temas e historias que reflejan los mitos colectivos que compartimos en el presente, como hizo Wagner en su día”.

Esa característica de contar historias actuales, algunas incluso con los protagonistas todavía vivos, se repite en sus siguientes óperas. En ‘The Death of Klinghoffer’ (1991), que recrea el secuestro del crucero Achille Lauro por el Frente de Liberación de Palestina en 1985, Adams asegura que habla “sobre el terrorismo y la terrible desconfianza entre poblaciones y religiones que lleva a la violencia”.

En ‘Doctor Atomic’ (2005), relata los pormenores del Proyecto Manhattan y la construcción de la primera bomba atómica. En la más reciente ‘Girls of the Golden West’ (2017), Adams se adentra en el lejano oeste americano de mediados del siglo XIX y la fiebre del oro para abordar la situación de las mujeres. Por ello se le define con frecuencia como un ‘compositor político’.

(SERVIMEDIA)
09 Abr 2019
MGR/caa