El recital correrá a cargo de La Grande Chapelle, un conjunto vocal e instrumental de música antigua con vocación europea. Este grupo propone una nueva lectura de las grandes obras vocales españolas de los siglos XVI a XVIII, con especial predilección por la producción policoral del Barroco.

En el programa de este sábado, La Grande Chapelle ofrecerá 'La fiesta de Pascua en Piazza Navona', de Tomás Luis de Victoria, uno de los compositores más importantes del Renacimiento español.

Este concierto está enmarcado dentro del ciclo musical ‘Silencios’, una iniciativa del Gobierno regional que consta de 10 conciertos a lo largo de 10 meses (del 21 de septiembre de 2018 hasta el 21 de junio de 2019), con el Real Monasterio de Santa María de El Paular como escenario.

Cultura asegura que este proyecto está contribuyendo a dar a conocer el Real Monasterio de Santa María de El Paular y su entorno, uno de los enclaves más interesantes del turismo de la región, y ayudando a devolverle el destacado papel que tuvo en el pasado como foco cultural del centro peninsular.

Las dos últimas citas de ‘Silencios’ serán el 12 de mayo, a las 13.30 horas, con un recital a cargo de Concerto 1700, que contará en su programa con 'Suave acento. Obras al Santísimo', de José de Torres y Fray Miguel López, y el 21 de junio, a las 20.00 horas, día en el que el conjunto musical Delirivm Música interpretará 'Misa de Madrid', de Domenico Scarlatti, como colofón a la primera edición de esta iniciativa,

MONASTERIO CARTUJO

El Monasterio de Santa María de El Paular se encuentra situado en el valle del Lozoya, a dos kilómetros del municipio de Rascafría. Se trata del primer monasterio cartujo que se instaló en tierras castellanas.

Fue fundado en 1390 por Juan I, que concedió a los cartujos de Scala Dei unos terrenos que la Corona poseía en el valle. Las obras comenzaron el mismo año, probablemente bajo la dirección del maestro mayor de obras de la Catedral de Toledo, Rodrigo Alfonso.

Un siglo después Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos, se puso al frente, realizando algunos de los trabajos más importantes, como las puertas de la iglesia, uno de los más destacados ejemplos del gótico flamígero, o el claustro, de estilo gótico mudéjar.