En declaraciones a Servimedia, Iglesias Rionda precisó que ambos "son perfiles que no tienen nada que ver". "Los llamados turistas sanitarios son personas con recursos, generalmente de Europa, que vienen aquí para recibir atención sanitaria, por la que suelen pagar. En cambio, los inmigrantes por motivos económicos son personas que dejan su país para labrarse un futuro lejos". A su juicio, confundir ambos conceptos "es interesado y xenófobo".

Asimismo, apuntó que "la exclusión sanitaria que el decreto de 2012 provocó entre la población inmigrante en situación irregular causó un aumento de la mortalidad del 15% en este colectivo", según informes publicados por la red de ONG y plataformas sociales Reder.

"Tenemos documentados miles de casos de personas con enfermedades muy graves como cáncer, VIH o patologías cardíacas que no pudieron seguir los tratamientos que debían", apuntó, ya que solo podían ser atendidos en urgencias.

También afirmó que el gasto que una persona migrante supone para el sistema sanitario oscila entre el 69 y el 77% que el de un nacional y agregó que, de media, aportan más a la Seguridad Social de lo que gastan.

Según Iglesias Rionda, "la gran mayoría de los inmigrantes que llegan a España tienen menos de 40 años y están en buen estado de salud. El deterioro llega a veces a causa de las condiciones de exclusión en que viven", dijo.

Asimismo, citó motivos de índole cultural y social que les disuaden de acudir al médico, como el miedo a que se pueda detectar su situación irregular o no disponer de días libres.