Esta es la principal conclusión que se desprende de la actualización trimestral del informe 'Panorama económico y sectorial 2019', publicado este jueves por la Fundación Mapfre. Tres son los factores que explican este agravamiento de la desaceleración económica experimentada desde la segunda mitad del año pasado.

Por un lado, la Eurozona sigue perdiendo dinamismo económico, lo que ahora preocupa especialmente dado el entorno de deuda y de escaso espacio para políticas públicas de estímulo. Por otro lado, el crecimiento de la economía de China se resintió por las medidas de normalización económica y financiera activadas en 2018.

Finalmente, la dialéctica proteccionista entre los Estados Unidos y el mundo (especialmente, pero no exclusivamente, con China) terminaron por afectar no solo al comercio sino a la inversión a escala global.

Así, el Servicio de Estudios reduce en cinco décimas la previsión de crecimiento para la eurozona en 2019, hasta el 1,2%. Destaca especialmente el caso de Alemania, que crecerá un punto menos este año (0,7%) respecto a lo previsto hace tan solo tres meses, e Italia, que ha entrado en recesión (0,1% menos previsto para 2019).

Las previsiones para España mantienen un crecimiento de la economía en 2019 del 2,3% y una reducción de dos décimas en el crecimiento previsto para 2020 (1,9% frente al 2,1% estimado a finales de año), conforme las fuerzas que han impulsado el crecimiento estos años tienden a agotarse.

Así, el informe resalta que el crecimiento sigue “fuertemente basado en la demanda doméstica, especialmente en el consumo, y será apoyado por la creación de empleo, la aceleración de la renta salarial, los efectos de la ampliación del déficit primario con las transferencias pre electorales dispuestas en 2019 y por el continuado recurso al crédito”.

Otra de las señales de alarma que traslada el estudio tiene que ver con la progresiva elevación de los niveles de endeudamiento tanto públicos como privados, que afecta conjuntamente, pero de manera desigual a las economías desarrolladas y a las emergentes.

En el caso de la industria de seguros, la ralentización económica prevista se trasladará al crecimiento de las primas de seguros mundiales, especialmente en los segmentos de No Vida y Vida riesgo, dada su fuerte vinculación con el comportamiento del ciclo económico.