En una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, Sánchez sostuvo que el domingo "nos estamos jugando mucho", como evitar la posibilidad de que "la ultraderecha influya en el futuro de España" a través de un partido, Vox, que tiene "candidatos declarados franquistas", que considera la violencia de género "un camelo" y que pretende privatizar las pensiones o suprimir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Reconoció que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha sido para él "una decepción" porque hace tiempo le veía como un dirigente "no muy avanzado" en políticas sociales o de igualdad pero sí con una clara vocación de regenerar la vida política, y lo que ha experimentado ha sido "un viraje" a posiciones claramente "derechistas" e incluso votó en contra de la moción de censura propiciada por la corrupción del PP.

Instó por ello a Rivera a reflexionar sobre su papel. "Ojalá el próximo lunes recapacite y tenga una posición mucho más constructiva respecto no a su relación con el PSOE, sino respecto a lo que necesita el país y a la aportación que pueda hacer Ciudadanos para la gobernabilidad, transformación y modernización de nuestro país", manifestó.

Por otra parte, reiteró que los líderes independentistas "no son de fiar", porque "han mentido a los catalanes". Indicó que en privado dicen cosas distintas a lo que defienden en público, y por ejemplo reconocen que la independencia no es posible, que el problema es de convivencia, pero están atrapados "en el laberinto" que ellos mismos han creado con sus mentiras y con el miedo a ser considerados "traidores" por la gente que les ha creído.

Por eso, "no quiero que descanse la estabilidad de este país en manos de fuerzas independentistas, no lo quiero porque España merece cuatro años de estabilidad y de concordia", aseveró Sánchez. Acto seguido, apuntó que tras la cita con las urnas del domingo "hablaremos, dentro de la Constitución, de convivencia".

Sánchez se mostró convencido de que las elecciones generales del próximo domingo tienen que ser "un reproche a la derecha, porque ha utilizado la crisis territorial para encaramarse a las instituciones públicas", ignorando que toda la polarización y crispación generadas no les ha beneficiado a ellos sino a la ultraderecha.

Explicó, en ese sentido, que en sus conversaciones con Mariano Rajoy el expresidente, que tiene "muchos defectos" pero también virtudes y una de ellas es ser "intuitivo", le hablaba de Vox porque ya veía "que había algo ahí" y creía "que la derecha tenía riesgo de poder desmembrarse, y eso es lo que está ocurriendo".

Sánchez reiteró que no tiene "ningún problema" en entenderse con Unidas Podemos, como en estos últimos meses, pero no quiso "especular" sobre pactos más concretos. Sí subrayó, sin embargo, que en una democracia parlamentaria, en la que son los diputados los que eligen al presidente del Gobierno y no los ciudadanos directamente, "ganar es gobernar".

"Ni me lo planteo", dijo Sánchez sobre la posibilidad de dimitir si pierde las elecciones de este domingo, las terceras generales a las que se presenta como líder del PSOE. Consideró que es como si a un torero a punto de salir al ruedo le preguntaran qué hará si se lleva una cornada.