Jucio Procés

Profundo malestar en el tribunal que juzga el 1-O por la estrategia de las defensas y la actuación de abogados y testigos

MADRID
SERVIMEDIA

El tribunal que juzga el 1-O ha manifestado su “profundo malestar” con la estrategia de defensa de la sesión de esta mañana y con el comportamiento de testigos y abogados, que ha motivado la intervención contundente del presidente, Manuel Marchena, en varias ocasiones a lo largo de la declaración de los testigos de la defensa.

Fuentes del tribunal consideran “intolerable la provocación al tribunal” y consideran que el comportamiento de los letrados defensores “raya con el código deontológico de la abogacía”. Los siete miembros del tribunal coinciden en hacer esta apreciación tras el desarrollo de la sesión de la mañana.

A lo largo de la sesión matutina de este martes, el tribunal ha escuchado la declaración de 11 testigos, todos ellos llamados por la defensa de Jordi Cuixart. Tres meses después del inicio del juicio todavía se han podido escuchar en la sala peticiones para dirigirse a la sala en catalán, algo que no permite el artículo 231 de la Ley Orgánica del Poder judicial cuando el acto judicial se celebre fuera de territorio catalán.

Fue el caso de Lluís Matamala, testigo y letrado en ejercicio, quien antes de empezar a testificar manifestó que quería declarar en catalán. El presidente de la sala, Manuel Marchena, le recordó que tenía obligación de declarar en castellano y lo hará “por imperativo legal”. Ante los intentos de réplica del testigo, que participó en la red de orientación jurídica del Ayuntamiento de Manresa, el magistrado le indicó: “Si usted introduce cualquier debate o controversia sobre la decisión de esta sala, asume las consecuencias penales”.

Los letrados de la defensa se han explayado en sus interrogatorios sobre el relato de hechos adyacentes a los sucesos del 20-S y del día del referéndum. En varias ocasiones, Marchena les pidió concreción en sus preguntas, exigiendo que se ciñeran a los asuntos con relevancia jurídica y que no hicieran “perder el tiempo” al tribunal.

Otro de los encontronazos de la mañana se produjo durante la declaración de la filósofa Marina Garcés. Preguntada por lo que hizo en la jornada del 1-O, comenzó relatando que durante la noche “tuvo unas décimas”. Marchena la interrumpió: “La fiebre no tiene ninguna trascendencia jurídica. No nos hable de su fiebre y no me replique”, advirtió ante los intentos de hablar de la testigo.

Relató entonces que pasó la mañana del 1-O en un debate en “la radio pública. Pasé allí hasta las 13.00 horas. Había estupefacción, fue el estudio de radio más silencioso en el que he estado nunca. Era una situación alucinante”. Otra vez se produjo la intervención del presidente de la sala: “Usted no viene aquí a explicar su grado de alucinación o su estado febril, y lo que le ha preguntado el letrado es muy claro, es si era consciente de la prohibición del referéndum por el Tribunal Constitucional”.

La tensión llegó a ser tan alta en la sala de vistas que Marchena preguntó a uno de los testigos, Jordi Pesarrodona, payaso profesional y concejal de ERC, si llevaba algo entre las manos. El compareciente, sorprendido, mostró las manos levantadas para que el tribunal viera que no llevaba nada. “Son los nervios. Muevo mucho las manos”, dijo a Marchena, que se acabó disculpando.

(SERVIMEDIA)
14 Mayo 2019
SGR/ICG/caa