Rufián hizo estas declaraciones tras la primera reunión del grupo parlamentario ante la nueva legislatura, “un pelín más extenso que hace un tiempo”, como certificó él con humor para celebrar los “extraordinarios resultados” de la formación en las elecciones generales de abril, en las que pasó de 9 a 15 diputados y su presidente, Oriol Junqueras, y el resto de presos “ganaron las elecciones a sus carceleros”. Además, homenajeó a su predecesor como portavoz del grupo, Joan Tardà, con la célebre expresión “Caminamos a lomos de un gigante”.

A preguntas de los periodistas, Rufián no aclaró si Junqueras dejará el acta y permitirá así que corra la lista de ERC hasta el siguiente candidato si él sigue encarcelado. Dijo que “la decisión es de él” y que le “consta que la está valorando”, si bien luego matizó que también será “colegiada” con el partido y con el grupo parlamentario.

Sobre la polémica en relación a Iceta, el portavoz republicano deslizó:“Iceta es inteligentísimo, un político muy hábil, y me extraña enormemente que esté haciendo y diciendo todo lo que no debería hacerse y decirse para ser lo que supuestamente quería ser”. Poco después completó: “Me recuerda a cuando el PSOE parecía que no quería aprobar los Presupuestos. Me da la impresión de que el PSOE no quería que Iceta fuera presidente del Senado”.

Rufián echó en cara a los socialistas que ni siquiera les llamaran para negociar la designación de Iceta, porque a ERC “no se le puee chantajear” con un “o nosotros o el caos”, y al propio interesado no haber aplaudido a familiares de los indepententistas en un Pleno del Parlamento catalán y que sus últimas afirmaciones públicas casi eran “una declaración de intenciones diciendo ‘no me votéis’”.

En cualquier caso, el portavoz de ERC aseguró que este primer desencuentro con los socialistas “no condiciona nada” de cara a la investidura de Sánchez, y se reafirmó en la intención de su formación de “obligar literalmente al PSOE a sentarse a una mesa de negociación, ignorando a la caverna” española, y ofrecer una “mano tendida” y un diálogo “de tú a tú” entre partidos y también entre los gobiernos, español y catalán, para “retornar un conflicto político a la política”. “O nos dejamos de ignorar y negar entre nosotros o estaremos en este bucle eterno de confrontación”, alertó.