Garzón fue muy ovacionado al ser presentado en el mitin de Barcelona de en Comú en el barrio del Carmel y después cuando la alcaldesa, Ada Colau, le agradeció su presencia y le describió como un gran “pedagogo” y un hombre “íntegro”, y bromeó que si el coro de la formación barcelonesa había conseguido que hiciera “algo parecido a bailar”, el partido podía hacer “cualquier cosa”.

El líder de IU pidió a sus oyentes “un empujoncito” convenciendo a sus allegados, e incluso, “si hace falta hablar con el cuñado de la familia, que no es demasiado de izquierdas”, que lo hagan también. Dijo que es necesario porque el proyecto de Colau es “puramente democrático”, por su rendición de cuentas, sus explicaciones vecino a vecino y sus medidas para que todo el mundo tenga acceso a una vivienda y a servicios públicos.

Aquí, desarrolló: “Es fundamental que lo entendamos: puedo comprender a la derecha rica que vota a los que quieren bajar impuestos, pero las familias humildes, sencillas, necesitamos de los servicios públicos para tener una vida digna”. Según su interpretación, la derecha aprovechó la crisis para llevar a cabo “una forma de saqueo” transfiriendo dinero al sector privado” y de las rentas del trabajo a las del capital. “Quieren ganar dinero a costa de la vida”, denunció.

Garzón advirtió en este barrio obrero del Carmel que los distritos ricos van más a las urnas, y, frente a los partidos de la derecha, que según él “sólo obedecen a los barrios ricos”, apuntó que él quiere que la generación de su hija mire a la suya “con el mismo orgullo” con el que él contempla a las anteriores, que “han conquistado derechos fundamenales”. Así, abogó por una “fraternidad entre pueblos e intergeneracional”, antes de presentar al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, como “un compañero, un amigo, una persona extraordinaria”.