El siguiente paso de este eterno pulso entre el hoy presidente del Gobierno y la líder de la oposición en Andalucía se escenificará en las diputaciones provinciales que resulten de las elecciones del 26-M. Es la segunda escenificación del cambio que Pedro Sánchez quiere hacer en Andalucía, desde que Díaz perdió el poder de la Junta.

Ferraz, según fuentes consultadas por Servimedia, solo da paso una vez que se aseguran el respaldo electoral a sus medidas, y evitando en todo momento, remarcan, la confrontación interna en periodos electorales.

Por eso, según señalan desde la dirección socialista, los avances para hacerse con el control de la federación andaluza irán acompañados de la posición institucional Así, las presidencias de las diputaciones provinciales de Andalucía, que son órganos de poder político y económico, se desplazará a los actuales que son además los secretarios generales provinciales –en su mayoría próximos a Díaz- por dirigentes de confianza a Sánchez.

Desde el PSOE andaluz destacan a Servimedia la intensa agenda que está realizando Díaz, volcada desde las pasadas generales en que el PSOE logre un buen resultado. Admiten que hay la sensación de vivir en unas “primarias permanentes” y por eso están con la “guardia preparada”.

Con este fondo, además de por la coyuntura electoral, Díaz está “dándolo todo” visitando numerosos municipios de las ocho provincias andaluzas para ir “atando el territorio” y aguantando a los alcaldes que le son afines.

Sin prisa se va ejecutando un plan, cuya velocidad en la aplicación provoca sus más y sus menos en la propia dirección del PSOE, para hacerse con la dirección del PSOE-A sin abrir un cisma en la federación. En Ferraz se extendió, desde la resaca electoral del 2-D, que Díaz “al final, caerá sola como la fruta madura”.