Esta es una de las principales conclusiones del octavo informe presentado recientemente por el Observatorio para la Libertad Religiosa. Los ataques a templos siguen al alza, pasando de los 44 en 2017 a 53 el año pasado. El documento muestra que marzo fue el mes con más casos, debido a las pintadas en lugares de culto por parte de grupos feministas radicales el 8 de marzo.

“Es de remarcar el gran número de casos que hay cada año el ‘Día de la mujer trabajadora’ (8 de marzo), en el que feministas radicales olvidan las reivindicaciones pacíficas para ir a estropear con pintura templos, desnudarse delante de una catedral (como pasó en San Sebastián) o hacer llamamientos para ‘quemar la Conferencia Episcopal’ en una televisión pública, como dijo en un programa una militante de la CUP. En 2018 recogimos 11 ataques a templos durante ese día”, destaca la presidenta del observatorio, María García. En todo el mes de marzo se contabilizaron 37 ataques.

El estudio también refleja que la religión cristiana vuelve a ser la más atacada. De hecho, de los 200 casos registrados, 133 se han dirigido contra los cristianos (109 a católicos). Es decir, el 66,5% de todos los ataques son contra cristianos (54,5% contra católicos).

Respecto a otras confesiones, 16 se dirigieron contra musulmanes (8%) y seis tuvieron como objetivo los judíos (3%). Por último, 45 ataques pueden considerarse contrarios a todas las religiones al querer imponer un laicismo radical que intenta eliminar a las religiones del ámbito público (22,5% de los casos).

Según el citado informe, “los casos de laicismo beligerante han aumentado considerablemente” (de 62 en 2017 a 90 en 2018), “lo que demuestra que una parte de la sociedad busca que la religión desaparezca de la esfera pública”, apunta la presidenta del OLRC.

Según el observatorio, un total de 32 casos están vinculados a partidarios o miembros de Podemos, 30 al PSOE y 29 a Izquierda Unida. Por comunidades autónomas, Valencia, con 30 casos, es la región con más ataques, seguida de Andalucía (26) y Madrid y Cataluña (ambas con 21).

Según la presidenta de la organización, “la libertad religiosa es la ‘prueba del algodón’ de los derechos humanos. Una democracia como la nuestra no puede permitir que se produzca un número tan alto de ataques a la libertad religiosa, ya que este es el derecho más íntimo de la persona, pues afecta a su conciencia”.