El estudio interpreta la opción de “no salir del armario” como una “estrategia para evitar potenciales discriminaciones” y un signo de que en el contexto laboral “podría existir una menor normalización en cuanto a orientaciones sexuales e identidades de género diversas que en contexto social”.

Las conclusiones de este estudio fueron presentadas este viernes por el director general de la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI+, Óscar Muñoz, quien subrayó cómo “ir a trabajar supone volver al armario para muchas personas LGBT” y que el 20% considera que en su empresa no existen las mismas oportunidades laborales para ellos.

El perfil de persona LGBT más “visibilizada” en su trabajo corresponde, en su mayor parte, a un gay de más de 40 años y con un buen nivel profesional, que trabaja en una gran empresa de diseño, publicidad, comercio y distribución, administraciones públicas o enseñanza universitaria en Levante, Cataluña, Baleares o Madrid.

Las mujeres lesbianas están “mucho más invisibilizadas” y se sienten “menos aceptadas” en su entorno profesional, lo que se traduce en que, mientras el 60% está “completamente fuera del armario” en su vida privada, solo el 35% lo está en su lugar de trabajo. Las mujeres bisexuales son las que presentan menores niveles de visibilización y de aceptación percibida en relación a su entorno laboral, según la investigación.

Por lo que se refiere a los jóvenes, mientras que el 50% de ellos se encuentra “completamente fuera del armario” en su vida privada, aproximadamente la mitad de estos “vuelve al armario en sus trabajos y se sienten más discriminados que el resto de las personas LGBT”.

PERSONAS TRANS

Para los autores del estudio, los lugares de trabajo deberían constituir un “lugar seguro” para las personas trans, especialmente vulnerables a la discriminación, a pesar de lo cual el 90% de encuestados para este trabajo manifestó que estas personas se encuentran en “clara situación de desigualdad” de oportunidades laborales en España.

El 86% de las personas LGBT ha escuchado alguna vez chistes o comentarios homófobos o tránsfobos y un 31% los escucha “con mucha frecuencia”, un 3% refirió haber sido testigo de agresiones físicas “frecuentes” contra personas LGBT en su lugar de trabajo, un 10% afirmó haber sido testigo de insultos “frecuentes” contra personas de este colectivo, un 8% indicó haber observado “con frecuencia” que alguna persona fue rechazada para la realización de determinadas funciones y un 6%, que una persona fue perjudicada profesionalmente por ser LGBT.

Según el estudio, en un 25% de los casos son los propios compañeros los que, muy a menudo, están detrás de estos comportamientos “poco inclusivos” con las personas LGBT, por lo que un 19% de personas que han confesado su orientación “se sienten poco aceptadas”. Además, un 13% se ha sentido discriminada en el proceso de búsqueda de empleo y un 50% “no se atrevería” a decir que es LGBT en una entrevista de trabajo.

Muñoz instó a las empresas a ofrecer programas de sensibilización a sus plantillas e incidió en que el porcentaje de personas “fuera del armario” es significativamente mayor en estas compañías que cuentan con programas específicos de diversidad. También recalcó que la primera prioridad debería ser contar con un plan de prevención y medidas a tomar en caso de acoso o discriminación, así como ofrecer formación en diversidad LGBT y lenguaje inclusivo.

El informe se ha presentado en el transcurso de una jornada en la que, entre otros ponentes, han participado el director general de Igualdad de Trato y Diversidad del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Ignacio Sola, y la directora de Comunicación, Relaciones Institucionales y Sostenibilidad de CEOE, Carmen Alsina.