Lo hizo en un artículo publicado en 'Cuarto Poder' y recogido por Servimedia, en el que, como Espinar, Monereo da por cerrado el ciclo político que comenzó en 2014 con la entrada de Podemos, y que ahora acaba en "una derrota que, en muchos sentidos, cierra una fase de expectativas de cambio, de ruptura y de disputa por la hegemonía política".

"Las esperanzas abiertas por el 15M se han ido agotando y la recomposición del sistema político parece que ha culminado en una enésima restauración", lamenta.

Centrándose en el pacto con el PSOE, Monereo reflexiona que "nadie podrá negarle a Pablo Iglesias la capacidad casi infinita de reinventarse a sí mismo; tampoco nadie le podrá negar audacia y determinación". Por ejemplo, al "convertir la propuesta de entrar en un gobierno presidido por Pedro Sánchez en una reivindicación democrática y antioligárquica".

Un planteamiento este que, con cierta ironía, Monereo califica de "cuando menos, sorprendente", tanto más cuanto que ha convencido con él a sus socios de candidatura y a un 15% de votantes.

En su opinión, ese resultado en las urnas fue "malo" pero quedó "solapado" con ese empeño en gobernar con el PSOE y, como las expectativas eran peores, pudo leerse como que "se salvaron los muebles".

Ahora bien, al exdiputado le resulta "difícil imaginar que se pueda llegar a un acuerdo programático sustancial entre ambas formaciones políticas del tipo que ha defendido Unidas Podemos". Es más; en su opinión, en estos meses pasados se ha visto que con el acercamiento al PSOE se producía "una relación de fuerzas cada vez más desfavorable que le impedía, de hecho, conseguir el objetivo que se pretendía, gobernar en el futuro con el PSOE".

"Ofrecerse continuamente a Pedro Sánchez para gobernar, fomentaba el voto útil y hacía cada vez menos necesaria la presencia de una fuerza determinante como debería haber sido Unidas Podemos. Se podría decir de otro modo: la consigna de gobernar con el PSOE cuando se está bajando electoralmente, lo que provoca es un fortalecimiento del Partido Socialista", razona Monereo.

Esto habría cumplido a la perfección la estrategia del PSOE de "volver a lo que fue en el pasado, convertirse en el partido eje de la recomposición del régimen, ser el partido central que define los límites y las opciones". Un objetivo para el que era clave "reducir el peso social y electoral de Unidas Podemos", de forma que "cualquier opción política del PSOE tenía que partir de la derrota de Unidas Podemos".

Además de servir a los intereses socialistas, Monereo enjuició que en la colaboración con el PSOE de los últimos meses ha habido "continuas diferencias políticas en las grandes cuestiones", de manera que "cada acuerdo suponía un conflicto, una lucha constante", y que "nunca se hizo evidente" que hubiera una verdadera convergencia programática.

Así las cosas, Monereo rechaza que Iglesias se empecine ahora en ese Gobierno de coalición, porque "con esta política, cada vez somos más débiles, más prescindibles".