Según informó el Instituto Armado, después de que las autoridades estadounidenses emitieran una orden internacional de detención contra este individuo y ante la sospecha de que se encontrase en España, el Equipo de Huidos de la Justicia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil inició una investigación para dar con su paradero, en colaboración con el FBI.

El detenido era reclamado por las autoridades estadounidenses por unos hechos acaecidos en Florida, en los que redujo a su víctima con un arma electrónica para introducirla después en una camioneta.

La propia víctima del arrestado explicó que se despertó en una habitación repleta de todo tipo de armas, atado de pies y manos, donde fue golpeado reiteradamente por el ahora detenido y un cómplice, quienes le quemaron las manos con una antorcha.

Finalmente, la víctima facilitó a los atacantes su dirección, el código de la alarma y la ubicación del lugar donde tenía depositados unos 50.000 dólares.

Tras semanas de pesquisas entre la provincia de Madrid y la isla de Tenerife, la Guardia Civil localizó al fugitivo en la zona de Guarnacho, en San Miguel de Abona (Tenerife), donde se había afincado con su mujer en una vivienda de alquiler.

Se estableció en las proximidades del domicilio un dispositivo policial para su detención, con apoyo de unidades especiales de la Guardia Civil y miembros del FBI, procediendo a su detención y traslado a dependencias policiales.

En la investigación participaron, además del Equipo de Huidos de la Justicia de la UCO, el Equipo contra el Crimen Organizado de la UCO y el Grupo de Reserva y Seguridad número 8 con sede en Tenerife, entre otras autoridades de la Comandancia de Tenerife de la Guardia Civil.