Salud

Un estudio publicado en la revista 'BMJ' concluye que comer menos carne roja y más huevos, pescado, cereales y verdura reduce el riesgo de muerte

MADRID
SERVIMEDIA

El aumento de la ingesta de carne roja, especialmente la procesada, se asocia con un mayor riesgo de muerte, pero éste puede reducirse si baja su consumo y aumenta el de fuentes de proteínas saludables, como huevos, pescado, cereales integrales y verduras.

Ésta es la conclusión de un estudio realizado por ocho científicos de China, España y Estados Unidos, y publicado en la revista 'BMJ'. En el trabajo participó la española Mercedes Sotos, del Departamento de Nutrición de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, entidad que lideró la investigación.

El alto consumo de carne roja, como la de vaca, cerdo y cordero, se ha relacionado anteriormente con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer y muerte prematura, pero poco se sabía sobre cómo los cambios en esta dieta pueden influir en el riesgo de muerte prematura.

Para ello, los investigadores analizaron la relación entre modificar el consumo de carne roja durante un periodo de ocho años con una mortalidad prematura en los siguientes ocho años y examinaron datos desde 1986 hasta 2010.

Así, estudiaron datos de 53.553 enfermeras de 30 a 55 años registradas en Estados Unidos y 27.916 profesionales sanitarios masculinos de 40 a 75 años de este mismo país, que al comienzo del trabajo no tenían enfermedades cardiovasculares ni cáncer. Y observaron si cambios en comer carne roja entre 1986 y 1994 influían la mortalidad entre 1994 y 2002, y si esas modificaciones entre 1994 y 2002 lo hacían entre 2002 y 2010.

Cada cuatro años, los participantes completaron un cuestionario en el que se les preguntó con qué frecuencia, en promedio, comieron cada alimento de un tamaño de porción estándar en el último año, desde 'nunca o menos de una vez por mes' a 'seis o más veces al día'. Luego se dividieron en cinco categorías según sus cambios en el consumo de carne roja.

Durante el periodo de estudio, el número total de muertes por cualquier motivo (conocida como 'mortalidad por todas las causas') fue de 14.019 (8.426 mujeres y 5.593 hombres). Las principales razones fueron la enfermedad cardiovascular, el cáncer, la enfermedad respiratoria y la enfermedad neurodegenerativa.

UN 13% MENOS DE RIESGO

Después de ajustar la edad y otros factores potencialmente influyentes, el aumento de la ingesta total de carne roja (tanto procesada como no procesada) en 3,5 porciones por semana o más durante ocho años se asoció con un 10% más de riesgo de muerte en los siguientes ocho años.

Del mismo modo, el aumento de la ingesta de carne roja procesada, como el tocino, los perritos calientes, las salchichas y el salami, en 3,5 porciones por semana o más se asoció con un 13% más de riesgo de muerte, mientras que comer más carne roja sin procesar se vinculó con un 9% riesgo mayor.

Estas asociaciones fueron en gran medida consistentes en diferentes grupos de edad, niveles de actividad física, calidad de la dieta, fumar y hábitos de consumo de alcohol.

En general, la reducción de la ingesta de carne roja al comer más cereales, verduras u otros alimentos con proteínas, como aves sin piel, huevos y pescado, se asoció con un menor riesgo de muerte entre hombres y mujeres.

Por ejemplo, el intercambio de una porción diaria de carne roja por otra de pescado durante ocho años se relacionó con un riesgo 17% menor de muerte en los ocho años siguientes.

También se observaron hallazgos similares a corto plazo (cuatro años) y a largo plazo (12 años) para el vínculo entre los cambios en el consumo de carne roja y la mortalidad, y para reemplazar la carne roja con alternativas de alimentos más saludables.

Los autores precisan que se trata de un estudio observacional, por lo que no pueden establecer la causa, y que no analizaron las razones de los cambios en el consumo de carne roja que podrían haber influido en los resultados. Además, los participantes en el estudio eran principalmente profesionales de la salud de raza blanca.

Pero los autores indican que los datos recopilados cubrieron un gran número de personas durante un largo periodo de seguimiento, con una evaluación repetida de los factores de la dieta y el estilo de vida, y resultados constantes entre los dos grupos. Además, se trata del primer estudio de este tipo que examina la asociación entre los cambios en la ingesta de carne roja y el posterior riesgo de mortalidad. "Un cambio en la fuente de proteínas o el consumo de alimentos saludables a base de plantas como las verduras o los cereales integrales pueden mejorar la longevidad", concluyen.

(SERVIMEDIA)
13 Jun 2019
MGR/gja