Educación

“El oficio del futuro sólo será uno: pensar y adaptarse. Es un gran desafío”

- La Universidad Francisco de Vitoria acoge un debate sobre el futuro de la educación en el cierre de su 25 aniversario

- El rector Daniel Sada reivindica un modelo de educación universitaria centrada en el alumno y la transformación de la persona, en vez de en las cifras

MADRID
SERVIMEDIA

Las universidades deben transformarse para no desaparecer en el futuro y para seguir siendo “relevantes” en la formación de las futuras generaciones. Tienen que “sumar consistencia, adaptación y humildad” y preparar a los jóvenes para el “único oficio que tendrán en el futuro, el cual consistirá en pensar y adaptarse”.

Así lo han puesto de manifiesto tres expertos y visionarios españoles durante una mesa redonda titulada ‘Los próximos 25 años: formación universitaria a prueba de robots’, celebrada en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) con motivo del cierre de las conmemoraciones por su 25 aniversario.

Presentado por el rector, Daniel Sada, y moderado por el periodista y profesor de la Facultad de Comunicación Ernesto Sáenz de Buruaga, el encuentro reunió como ponentes a Manuel Márquez, managing partner de V3 Leaders; Carlos Barrabés, consultor digital, fundador y presidente de Barrabés; y Xavier Marcet, fundador y presidente de Barcelona Drucker Society y presidente de Lead To Change.

Marcet negó el pronóstico que hacen algunos gurús de las nuevas tecnologías y el e-learning sobre la desaparición de las universidades en el futuro. “No, hombre, no. La clave es si serán relevantes y lo serán en la medida en la que tengan capacidad de sumar consistencia, adaptación y humildad”.

Auguró que en los próximos años habrá universidades “que se van a bloquear y ensimismar en su confort” por creer que tienen el futuro garantizado, mientras que otras “destacarán por la capacidad de servir a comunidades que las quieren bien definidas por sus perímetros de valores y que las quieren por aceptar retos sin careta”.

Entre los retos que el sector universitario tiene por delante, resaltó el de preparar a los jóvenes para tecnologías y oficios “que no sabemos cuáles serán” dentro de unos años. La única certeza en este campo, vaticinó, es que “el oficio del futuro sólo será uno: pensar y adaptarse”. “Es un gran desafío”.

Marcet abogó especialmente por “la suma de inteligencias” como uno de los retos del futuro, dado que “históricamente no lo hemos hecho”, y recalcó que esta nueva mentalidad debe impulsarse “desde la universidad”.

Barrabés coincidió en la necesidad de aprender a convivir y trabajar mediante alianzas con otros actores, que incluso superen el paradigma tradicional del “win-win” (con el que ganan dos actores) para ampliarlo a un “win-win-win” que beneficie también a la comunidad o el conjunto del planeta.

LA EDUCACIÓN ES CLAVE

El fundador de la tecnológica Barrabés explicó que “hemos pasado de un mundo complicado a un mundo complejo” en el que las soluciones requieren la participación de muchos actores y el manejo de herramientas diferentes. En este contexto, apuntó que “la educación vuelve a ser clave porque es una de las dos o tres cosas que tiene el ser humano” y de las que carecen los robots.

Al hablar de la futura convivencia entre personas y máquinas, resaltó que los seres humanos cuentan con un rasgo diferencial como “la gran capacidad para adaptarnos, para entender el matiz y analizar los contextos”. “El problema descomunal es que en adelante necesitarás formarte durante toda la vida y esto es nuevo, tan nuevo que las universidades no están preparadas para eso”.

Barrabés distinguió en este punto entre educación y formación porque la primera se recibe principalmente en la familia y “es para toda vida”, mientras que “la formación no, y es fundamental entenderlo”. También incidió en que las universidades deberían dejar de buscar los mejores expedientes y los talentos individuales para preferir que las clases medias reciban más enseñanzas porque así cambiarán el mundo y serán más influyentes en la sociedad que viene.

Por su parte, Márquez elogió a los educadores por dotar de “conocimientos, capacitaciones, competencias, habilidades, valores y principios” a las jóvenes generaciones para hacer realidad los “sueños” que siempre ha tenido la humanidad como “arquitecta del porvenir”.

Subrayó que la tecnología ha acelerado los cambios y el ritmo al que se producen y repasó la transformación que ha experimentado el mundo en el último cuarto de siglo gracias a internet y los teléfonos móviles, por citar dos de los ejemplos más destacados.

Márquez también alertó sobre fenómenos crecientes de deshumanización como el “subjetivismo”, que lleva a la gente a querer leer informaciones y opiniones que simplemente ratifiquen su manera de pensar; o como el relajamiento de las “convicciones éticas y religiosas”.

FORMACIÓN HUMANÍSTICA

En este sentido, alabó el modelo educativo de la Universidad Francisco de Vitoria, que hace 25 años nació con un programa formativo que incluye asignaturas humanísticas de manera transversal en todas las carreras y que, un cuarto de siglo después, comentó que están copiando otras universidades en todo el mundo.

El rector de la UFV, Daniel Sada, presentó el acto con un mensaje de “agradecimiento” por todo lo conseguido en dos décadas y media de trabajo y por las celebraciones de los últimos meses, en los que se han conmemorado el 25 aniversario de la apertura de esta universidad en 1993, entonces como centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.

Sada manifestó que, desde sus comienzos, el propósito de la UFV siempre fue “hacer una universidad más humana y que de verdad sirva a la sociedad”. “Todas lo intentan hacer y nosotros hemos creído que lo importante es el impacto que hemos dejado en las vidas de las 30.000 personas” que han pasado por este centro educativo en un cuarto de siglo.

Pese a los éxitos conseguidos en este periodo de tiempo, instó a tomar nota de las reflexiones de los tres ponentes invitados a la mesa redonda porque “la mejor manera de considerar los logros del pasado es enfrentar los retos del futuro”. “Lo que nos pide el cuerpo institucionalmente es mirar el futuro y pensar qué tenemos que hacer a partir de ahora y cómo servimos mejor a la sociedad”.

Por su parte, el periodista Ernesto Sáenz de Buruaga comentó que “el mundo está viviendo una revolución que no tiene precedentes”, hasta el punto de que “no se trata de una época de cambios sino de un cambio de época” en el que ganará “el que antes se adapte en todos los ámbitos de la vida”.

Señaló que “por primera vez la oferta tecnológica está por delante de la demanda” y este hito se ha producido precisamente durante los 25 años que han pasado “desde que nació la Universidad Francisco de Vitoria hasta el día de hoy”. Frente a tantos cambios, sentenció que “hay una cosa que no cambia: que es la ética y el cuidado de las personas”.

(SERVIMEDIA)
27 Jun 2019
PAI/gja