Echenique presentó una conferencia del catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo en los Cursos de Verano de El Escorial que organiza la Universidad Complutense, donde interpretó que, debido a esta vinculación entre el destino de la Constitución y el de la monarquía, “ningún actor político que desee mantener la monarquía va a permitir la reforma de la Constitucion” para blindar los derechos sociales.

Según argumentó, “no se puede hacer una cosa sin la otra: no se puede ir a un proceso constituyente que abra la puerta a la república sin abrir la puerta a todo”, lo que permitiría “redefinir las relaciones económicas y de poder”. Esto explica, a su juicio, que “ningún actor que quiera mantener las actuales relaciones de poder y económicas va a cuestionar jamás la monarquía parlamentaria”, y, por tanto, también el silencio tradicional sobre la monarquía de los medios de comunicación que son propiedad de grandes empresas. Y que el desprestigio del rey Juan Carlos aconsejara una abdicación y sucesión “exprés” y “discreta”.

Echenique aseguró que, según las encuestas, la mitad de los españoles están a favor de la monarquía y la otra mitad a favor de la república, con ciertos sesgos en función de la ideología, la edad y el territorio donde vive cada uno. De ello coligió que “la monarquía es una institución que divide a los españoles”. Y se preguntó si el deterioro de la imagen de la monarquía podría “acabar activando un proceso constituyente” que revisara el ‘statu quo’.

El dirigente de Podemos se preguntó por qué los padres constituyentes establecieron que “si queremos cambiar la Constitución eso puede cambiar la forma de Estado y viceversa”, y terminó cuestionando los poderes que la Carta Magna otorga al Rey trasladados a ese hipotético proceso constituyente. Por ejemplo, él tendría que firmar la iniciativa de disolución de las cámaras, la de convocatoria del referéndum, la de la ley que instauraría el cambio de régimen y el nombramiento de ministros republicanos. “¿Qué pasa si se niega?”, preguntó.

Por último, Echenique señaló dos momentos en los que, desde su punto de vista, el Rey Felipe se ha metido en política: su discurso dos días después del referéndum de independencia de Cataluña el 3 de octubre de 2017 y proponiendo a Pedro Sánchez como candidato a la investidura “sin que el Rey pudiera concluir que ninguno de los candidatos contaba con mayoría para ser investido”, aunque reconoció que no sabe si esto ocurre con frecuencia (en realidad, ya propuso primero a Sánchez y luego a Rajoy en 2016 como candidatos a la investidura sin apoyos garantizados).