Regueiro propuso en un comunicado invertir en geología preventiva con mejores sistemas de alerta temprana que incluyan más estaciones automáticas y personal para atender la recepción de datos, puesto que, según añadió, "los costes asociados a las inundaciones son inmensos".

España dispone de un plan nacional de prevención de inundaciones gestionado por las conferencias hidrográficas gracias a los mapas del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables. El sistema se completa con dos sistemas instrumentales monitorizados: los aforos y pluviómetros de las estaciones del Sistema Automático de Información Hidrológica y los pluviómetros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

"La combinación y el monitoreo de estos dos sistemas, junto con la red de radares meteorológicos y los modelos numéricos predictivos, por sí mismos deberían servir para dar alertas tempranas en cabecera", indicó Regueiro, quien añadió: "Posiblemente las escasas dimensiones de la cuenca y la rapidez y cantidad de las precipitaciones, impidió predecir el episodio concreto de Tafalla en Navarra, pero sabemos por la geología que se pueden producir, su magnitud y recurrencia, es decir zonas inundables, calados y velocidades".

MÁS MEDIDAS

Otra de las medidas que sugiere Regueiro es diseñar una aplicación para móvil con el sistema de alertas para proteger a los ciudadanos. "Se podría solicitar a las confederaciones los hidrogramas de crecida o que ellas mismas empleen su sistema de transformación precipitación/escorrentía con modelos numéricos que se usa por ejemplo para las crecidas del eje principal del Ebro", explicó.

Ello serviría para anunciar a las personas de una determinada zona de riesgo la inmediatez de una crecida. “Los usuarios de una aplicación móvil podrían recibir la alerta en tiempo real”, aseguró Regueiro.

Otra de las medidas es que los planes urbanísticos incluyan mapas de riesgo de inundaciones obligatorios a las escalas adecuadas. "Hay que aplicar a rajatabla la imposibilidad de poner en riesgo bienes o personas, aun a costa de perder suelo urbano", añadió Regueiro, que recalcó: "Los mapas permitirán a los ayuntamientos en riesgo cumplir con la Ley del Suelo e incluir los mapas de riesgos por inundaciones en sus planes de ordenación para evitar que sus ciudadanos tengan, año tras año, que sufrir en sus carnes el resultado de estos eventos".

Por último, Regueiro apostó por adoptar una política de seguros e indemnizaciones que responda al riesgo real, así como invertir en medidas naturales de retención hídrica en el territorio aguas arriba de la zona de peligro de inundación.