Según Acnur, "esta normativa restringe significativamente el derecho a solicitar asilo, obstaculiza el derecho a la protección ante la devolución y eleva sustancialmente la carga de la prueba sobre los solicitantes de asilo, más allá de los estándares legales internacionales. "Recorta drásticamente los derechos básicos y libertades para quienes los reúnen y no está en línea con las obligaciones internacionales", agregó.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo comprender que "el sistema de asilo de Estados Unidos se encuentra bajo una importante presión" y ofreció su ayuda para buscar soluciones. "Sin embargo, estamos profundamente preocupados por esta medida, que pondrá a familias vulnerables en situación de riesgo y minará los esfuerzos que realizan los países en toda la región para la puesta en marcha de respuestas colectivas y coherentes. Se trata de una medida muy dura y no es el mejor camino a seguir", destacó Grandi.

En los últimos años, un número creciente de personas ha abandonado sus hogares en distintas zonas de Centroamérica por motivos muy variados, desde carencias económicas extremas hasta la persecución. Muchas de ellas huyen de una terrible violencia por parte de pandillas brutales y necesitan protección internacional.

El mes pasado, Acnur hizo un llamamiento a los gobiernos de los países del continente americano para que se reunieran de manera urgente a fin de desarrollar y poner en marcha de inmediato una respuesta regional coordinada ante el creciente número de personas que están saliendo de Centroamérica.