Según dijo, el documento con la actualización de la estrategia “se encuentra ya en una fase muy avanzada”. En cuanto se cierre, se llevará al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para someterla a su aprobación “cuanto antes”, resaltó.

La estrategia se centrará en sensibilizar e informar a la sociedad mediante acciones de concienciación promovidas por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales; mejorar la detección precoz, y favorecer un mayor acceso y atención en los servicios sanitarios públicos para el tratamiento.

Entre otras medidas, prevé instalar una red de atención telefónica coordinada e integrada para mejorar el abordaje a la persona con conducta suicida y garantizar que el informe de alta del servicio de urgencias llegue al médico de Atención Primaria y al centro de salud mental, a fin de asegurar la continuidad de los cuidados necesarios.

PARTICIPACIÓN

En esta última fase, el plan recibirá aportaciones de varios grupos de trabajo: comunidades autónomas; sociedades científicas y profesionales; medios de comunicación y asociaciones de prensa, y la propia sociedad civil, representada por asociaciones de usuarios y pacientes.

Carcedo reconoció que la salud mental no ocupa el mismo nivel de preocupación que otras ramas sanitarias ahora mismo, por lo avanzó que en esta actualización “estará al mismo nivel que el resto de estrategias”. Además, prosiguió, trabajamos para sensibilizar a los medios de comunicación para ver cuál es la mejor forma de informar sobre el suicidio”.

Recordó que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es la segunda causa de muerte para la población mundial de entre 15 y 29 años. El número de muertes anuales debidas al suicidio se sitúa en el entorno de las 800.000 en todo el mundo, cifra que no incluye los intentos de suicidio, que de acuerdo con las estimaciones de la OMS puede ser unas 20 veces superior.