Las entidades denunciantes señalaron este miércoles en un comunicado que solicitarán al Ejecutivo madrileño que aplique un procedimiento sancionador con determinación de responsabilidades por los "hechos expuestos, documentados, acreditados y normativamente sancionables", al considerar que se trata de infracciones administrativas graves y/o muy graves.

José P. Cubells, jurista de ambas organizaciones, indicó que la becerrada "no se ajustó a lo que determinan la ley y el reglamento que regulan los espectáculos taurinos" porque "se maltrató y vejó a las reses, probablemente participaron personas ajenas a las cuadrillas o no habilitadas y se hizo un uso antirreglamentario de las banderillas, ante otras irregularidades".

Cubells recalcó que el presidente del festejo "debería haber parado la lidia", especialmente cuando un becerro llevaba una banderilla (arpón de cuatro centímetros) "clavada en la cabeza". "La crueldad de utilizar con becerros hasta cuatro banderillas reglamentarias (las mismas que se usan con los toros adultos) y sacarlas después malheridas y agonizantes con destino al matadero es intolerable”, añadió.

Según el letrado, hay "claros indicios" de infracción de los artículos 10, 15 y 16 de la Ley 10/1991 sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos, así como de los artículos 25, 37, 40 y 70 del Real Decreto 145/1996, por el que se modifica y da nueva redacción al Reglamento de Espectáculos Taurinos.

La Tortura No Es Cultura y Animal Guardians aportan un vídeo en el que, según recalcaron, "se puede observar el terrible castigo al que fueron sometidos los jóvenes animales", puesto que las banderillas, normalmente utilizadas en toros adultos, "laceraban los cuerpos de los becerros, que se retorcían de dolor y desesperación, especialmente uno de ellos, que recibió el arpón en la cabeza".

MENORES

Además, subrayaron que en el vídeo se puede observar a un menor clavando banderillas a un becerro, lo que contradice la recomendación del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que el año pasado urgió al Estado español a proteger a los menores de 18 años de los perjuicios físicos y mentales que la violencia de la tauromaquia puede causarles.

"De las actividades realizadas para niños durante las fiestas de San Sebastián de los Reyes este año, 14 estaban relacionadas con la tauromaquia, incluyendo esta sangrienta becerrada, y sólo 7 no lo eran. Lo que estamos viendo en San Sebastián de los Reyes es una vulneración del derecho del niño a vivir en un entorno libre de violencia, un adoctrinamiento de nuestros niños y niñas en la tortura de animales como entretenimiento, ignorando el interés superior del menor. Algo que se hace en beneficio de un negocio decadente y sangriento que les enseña a ignorar la compasión natural que sienten por los animales y regocijarse en una violencia extrema ejercida por mera diversión”, afirmó Marta Esteban, de Animal Guardians.

Las organizaciones también aportan una foto en la que se ve a un niño que, no queriendo mirar, pasa todo el festejo asomado a la calle y dando la espalda a lo que ocurre dentro del recinto.

Estas asociaciones han lanzado este verano la campaña #BastaBecerradas "contra la violencia de estos espectáculos realizados con animales menores de dos años y ejercida por inexpertos aspirantes a toreros cuya impericia acentúa el dolor de los jóvenes animales".