Casi un millón de personas sufren inseguridad alimentaria en Mozambique, seis meses después de los ciclones

MADRID
SERVIMEDIA

Casi un millón de personas en el norte de Mozambique -incluidos 160.000 niños menores de cinco años- se enfrentan a una grave crisis nutricional por falta de alimentos y se espera que las condiciones empeoren en los próximos meses.

Así lo alertó este sábado Unicef, tras subrayar que la situación es el resultado directo de la devastación causada por los ciclones Idai y Kenneth, que azotaron el centro y norte de Mozambique en marzo y abril de este año. Ambas tormentas provocaron inundaciones generalizadas, la destrucción de casi 780.000 hectáreas de cultivos agrícolas y el desplazamiento de decenas de miles de familias.

Según estima la agencia de la ONU, hacia febrero de 2020, el número de niños menores de cinco años en niveles críticos de inseguridad alimentaria habrá aumentado a 200.000 en las zonas afectadas por la tormenta.

Alrededor de 38.000 niños podrían llegar a estar gravemente desnutridos y en riesgo de muerte durante el mismo período. Antes de los ciclones, el 43% de los niños en Mozambique –uno de los países más pobres del mundo- ya sufría desnutrición crónica o retraso en el crecimiento.

MÁS RIESGOS

Por otra parte, Unicef advirtió de que la desnutrición pone a los niños en riesgo de desarrollar otros problemas de salud o contraer enfermedades oportunistas. Subrayó que por primera vez en años, Mozambique ha reportado casos de pelagra, una enfermedad relacionada con la falta de vitamina B3.

También se espera el aumento estacional habitual de casos de malaria y enfermedades diarreicas, y el deterioro de los caminos rurales durante la temporada de lluvias hará mucho más difícil el acceso de los niños desnutridos a los servicios de salud.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el precio del maíz se ha incrementado en comparación con el año pasado en las provincias de Cabo Delgado, Manica y Nampula, afectadas por el ciclón.

Hay evidencias de que el aumento de los precios está forzando a algunas familias a afrontar la situación empujando a sus hijos a un matrimonio temprano o al trabajo infantil. Así, los últimos trabajos de monitorización revelan que la tasa de matrimonio infantil está aumentando y los aliados de Unicef han detectado casos en los que la edad de las niñas que se casaron había caído por debajo del promedio anterior a la emergencia, que era de 13-14 años.

(SERVIMEDIA)
14 Sep 2019
AGQ/gja