De hecho, según comentan fuentes gubernamentales a Servimedia, Sánchez apeló desde Níjar, minutos antes de que Rivera comentase la oferta, “no el apoyo, pero sí la abstención técnica” de PP y Ciudadanos para que se pueda poner en marcha la legislatura, con un Ejecutivo sin “depender” de los independentistas.

En la dirección socialista hay quién reconoce la habilidad estratégica que ha tenido Rivera con esta última oferta, por la que el líder de Cs presiona a PP y a PSOE a la vez. Rivera ofrece la abstención conjunta de PP y Cs -si llegan a un acuerdo- si Sánchez permite que se rompa el Gobierno en Navarra de los socialistas con Geroa Bai que preside María Chivite por un gobierno de la coalición de UPN-Cs-PP, la planificación de la aplicación nuevamente del artículo 155 y la puesta en marcha de reformas económicas.

En el seno del Ejecutivo sostienen, por un lado, que “hay partido” y todavía hay tiempo y posibilidad de nuevas jugadas al tiempo que, por otro lado, reconocen que con Unidas Podemos “todo sigue igual” y no hay visos de acuerdo.