Así lo asegura WWF en su informe 'Doñana, un acuífero en alerta roja', dado a conocer este miércoles. Las extracciones para la agricultura de regadío, especialmente para producción de fresas y arándanos, han ido mermando las reservas de agua y no han permitido la recuperación de agua y no han permitido su recuperación "llueva lo que llueva", según este documento.

WWF subraya que el acuífero de Doñana ha pasado de nueve sectores estables y siete en mal estado (niveles de prealerta, alerta o alarma) en 1994 a cinco estables y 11 en mal estado actualmente.

"Los datos son tan contundentemente negativos que la Confederación se ha visto obligada a tomar la medida más extrema que existe en nuestra legislación, iniciar la declaración de tres de las cinco masas del acuífero como 'sobreexplotadaas' (masas en riesgo)", recalca el informe, que alude a las masas de 'El Rocío', 'Almonte' y 'Marismas'.

"INACCIÓN"

Esta declaración permitirá un mayor control sobre el acuífero de Doñana, declarado parque nacional hace cerca de 50 años. Si se toman las medidas restrictivas adecuadas que dispone la normativa, podría permitir iniciar el camino de su recuperación, pero WWF destaca que también pone de manifiesto la "inacción" de las administraciones anteriores, que, a pesar de las reiteradas denuncias y las evidencias científicas, han amparado "esta situación de extrema gravedad sin actuar, permitiendo que los cultivos invadan el territorio y los pozos proliferen hasta llegar a la situación límite actual, donde se extrae mucha más agua de la que se recarga".

La organización ecologista indica que una de las pocas medidas desarrolladas hasta el momento que parecen arrojar algún resultado efectivo ha sido la eliminación de las extracciones en la finca Los Mimbrales, situada en el sector sur del Arroyo de la Rocina, y que se encontraba en situación de 'alarma' en 2014 y 2015.

Tras la retirada de los cultivos gracias a la compra de la explotación, los niveles no han dejado de aumentar y han pasado de un índice menor de 0,10 a 0,70 de forma progresiva desde 2016. Para WWF, ésta es "la prueba más palpable de que el cierre de los pozos ilegales y la retirada de los cultivos en Doñana tendrían un efecto beneficioso e inmediato para el acuífero".

Además, WWF reclama que se tomen medidas cautelares contra los nuevos pozos y cultivos ilegales que sean detectados para evitar que se abran nuevas explotaciones.

"Lamentamos que en el 50º aniversario del Parque Nacional, declarado precisamente para salvar Doñana de la agricultura intensiva, esta amenaza siga vigente y sea la causante de que se estén agotando sus acuíferos y se esté cercando este espacio protegido. No hay tiempo para más excusas, el mejor regalo para Doñana en su 50º aniversario sería que la Junta de Andalucía haga cumplir la ley y empiece a cerrar las fincas ilegales ya identificadas y que el Ministerio para la Transición Ecológica profundice en el camino ya iniciado”, apuntó el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo.