Ésta es la predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para el próximo otoño, que fue presentada este jueves en una rueda de prensa por dos sus portavoces: Beatriz Hervella y Rubén del Campo.

Hervella indicó que "lo más probable es que en este otoño haga más calor de lo normal en la península y Baleares" teniendo en cuenta como periodo de referencia el comprendido entre 1981 y 2010. Concretamente, apuntó que la temperatura media entre octubre y diciembre se sitúe "al menos 0,6 grados" por encima de lo habitual, aunque esta anomalía cálida puede llegar a 1ºC en zonas del noroeste peninsular, el Sistema Central, los Montes de Toledo, la Subtética y el sur del Sistema Ibérico.

Respecto a las precipitaciones que se esperan para el otoño, Hervella precisó que la predicción estacional no muestra una tendencia clara, con lo que existe "la misma probabilidad" de que la estación otoñal sea húmeda, cálida o normal. Lo mismo ocurre con Canarias tanto en temperaturas como lluvias, esto es, se desconoce cómo se comportarán los próximos tres meses.

VERANO CÁLIDO

Por otro lado, Del Campo comentó que el verano climatológico (de junio a agosto) fue muy cálido en España al promediar una temperatura de 23,8ºC, lo que supone 0,8ºC más respecto a la media del periodo de referencia entre 1981 y 2010. Se trata del décimo verano más caluroso desde 1965 y el quinto consecutivo con temperaturas por encima de la media. En esta década se han registrado cinco de los 10 veranos más cálidos del siglo XXI.

Indicó que junio, julio y agosto por separado fueron "muy cálidos" en buena parte de España, y en verano hubo récords históricos por dos olas de calor. La primera tuvo lugar del 26 de junio al 1 de junio y fue "excepcional" porque la masa de aire que visitó la península desde el norte de Europa era "la más cálida de los últimos 40 años".

Del Campo recalcó que en esa primera ola de calor "muy potente" se batieron cinco récords de temperatura máxima absoluta, con la particularidad de que suelen producirse en julio y agosto, no en junio. Uno de ellos tuvo lugar en el Parque del Retiro, en Madrid, que marcó 40,7ºC el 28 de junio, lo que supone la temperatura más alta desde 1920.

La segunda ola de calor se produjo del 20 al 25 de julio. Lo más destacado fue el récord de temperatura máxima en el observatorio de San Sebastián situado en Igueldo, con 39ºC el día 23, un valor inédito desde 1928.

LLUVIAS

Por otro lado, Del Campo recalcó que la precipitación media del trimestre veraniego sobre el conjunto de España fue de 64 litros por metro cuadrado, lo que supone un 14% menos de lo normal. Junio fue muy seco, julio muy húmedo y agosto húmedo.

En verano hubo cinco episodios de lluvias torrenciales en apenas siete semanas. Uno de los más significativos fue el del 8 al 9 de julio en la mitad norte peninsular y Baleares (11 litros por metro cuadrado en la localidad navarra de Olite el día 8, algo que suele ocurrir cada cuatro siglos) y otro el del 25 al 27 de agosto, cuando más de 40 estaciones de la Aemet registraron precipitaciones torrenciales.

Además, se pulverizaron récords de precipitación diaria jamás registrada en verano en Alicante (87 litros por metro cuadrado el 20 de agosto, una cantidad inédita desde 1919), el aeropuerto de Alicante-Elche (85 litros ese mismo día) y la estación de Huesca/Pirineos (72 litros el 19 de agosto).

Por otra parte, Del Campo indicó que en el año comprendido entre el 1 de septiembre de 2018 y el 31 de agosto de 2019 hubo situación de "sequía meteorológica" en buena parte de la mitad occidental peninsular y ha sido especialmente instensa en el oeste de Badajoz, el sur de Castilla y León, el oeste de la Comunidad de Madrid, el este de Cáceres y el noroeste de Castilla-La Mancha.

Por su parte, Hervella subrayó que este verano también fue de récord en el conjunto del planeta, puesto que tanto junio como julio fueron los más cálidos desde 1880 (año en que empiezan los registros históricos) y agosto resultó ser el segundo más caluroso en casi siglo y medio.