El próximo miércoles, se cumplirá un año desde que este periodista saudí entró en el consulado de Arabia Saudí en Turquía para obtener unos documentos. Nunca más salió. Desde entonces, se han filtrado varias explicaciones sobre lo que le pasó y su paradero, y lo único claro es que Khashoggi fue asesinado, señala Amnistía, que indica que las autoridades saudíes y los gobiernos extranjeros siguen ocultando la verdad con excusas sobre seguridad un año después.

"Lucrativos lazos empresariales o negocios que incluyen la venta de armas" están detrás de ello, señaló la ONG. En su opinión, "Arabia Saudí tiene un historial terrible en materia de derechos humanos y se ha convertido en un país donde el trabajo de defensores, periodistas y activistas se ha convertido en una labor de alto riesgo. Ejecución extrajudicial, encarcelamiento sin cargos o detención arbitraria son solo un ejemplo de estas violaciones de derechos humanos".