Según subrayó el Consejo General de Enfermería (CGE), la falta de enfermeras expertas en el manejo de las ostomías en muchas comunidades autónomas y hospitales se traduce en que, al menos, la mitad de los pacientes que deben someterse a una cirugía para colocar una bolsa de ostomía no la tengan ubicada en el lugar idóneo de su abdomen.

Este estudio añade que las fugas, los problemas cutáneos, el impacto en la vida sexual y social es un problema capital en decenas de miles de pacientes que no cuentan con una enfermera experta en estomaterapia y que “supone la diferencia entre una aceptable calidad de vida o una condena a la vergüenza, la introspección y el aislamiento social”, según destacó en rueda de prensa la la vicepresidenta del CGE, Pilar Fernández.

OSTOMÍA Y MARCAJE

La ubicación del estoma en un lugar incorrecto -por no haber realizado lo que écnicamente se denomina “marcaje”- se traduce en fugas y lesiones dérmicas que conducen al paciente evitar en muchos casos exponerse al más mínimo contacto social, a romper con su vida y la depresión.

Según refleja el estudio ‘Usos y actitudes de los pacientes ostomizados¡, el 49% de los portadores de una bolsa de ostomía cree haber perdido el atractivo sexual, un 43% duerme mal por la noche y la misma proporción de pacientes tiene que cambiar su dieta. Además, tres de cada diez afirman tener problemas en el trabajo, en sus actividades de ocio o en el deporte que practicaban.

La enfermera experta en ostomías, Isabel Jiménez, del Hospital de Jaén, explicó que este estudio se llevó a cabo con pacientes mayores de 28 años de edad y con un mínimo de seis meses con estomía. De ellos, 64% son hombres y el 36% mujeres. “En cuanto al género hemos podido comprobar que las mujeres aseguran tener una peor calidad de vida, lo que nos lleva a reflexionar sobre este problema”.

DESIGUALDAD E INEQUIDAD

Por su parte, la vicepresidenta del CGE señaló que “no es aceptable que tantos miles de personas no disfruten de la más elemental calidad de vida tras someterse a esta cirugía por el hecho de no poder acceder a los cuidados de una enfermera estomaterapeuta, ni que existan comunidades donde estos profesionales no están al alcance de la mayor parte de los afectados. Eso genera desigualdades, inequidad y, en definitiva, que haya unos pacientes ostomizados de primera y otros de segunda categoría”.

A este respecto, José Luis Cobos, vicesecretario general del CGE y uno de los autores del 'Libro Blanco de la Ostomía en España', detalló que “las comunidades con mejor cobertura de la atención al paciente ostomizado son Cataluña con 0,6, y Extremadura, Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco y Cantabria con 0,5 consultas por cada 100.000 abitantes. A la cola, y con menos de la mitad de consultas especializadas, nos encontramos a Canarias y Baleares con 0,2 y a La Rioja, Aragón y Navarra con 0,3 consultas por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos que disponemos”. Ante esta situación aseguró que en estos momentos hacen falta 150 enfermeras especializadas para eliminar estas desigualdades.