Fuentes gubernamentales aseguraron que los hechos de las últimas horas, en los que varias personas han sido detenidas por ataques contra la Delegación del Gobierno en Barcelona, ponen de manifiesto que "una minoría está queriendo imponer la violencia en las calles de las ciudades catalanas, especialmente Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida".

"La violencia de esta noche está siendo generalizada en todas las protestas. Grupos violentos de manifestantes han atacado las sedes de las subdelegaciones en Tarragona, Girona y Lleida, y están provocando destrozos y actos vandálicos en otras localidades catalanas. Es evidente que no estamos ante un movimiento ciudadano pacífico, sino coordinado por grupos que utilizan la violencia en la calle para romper la convivencia en Cataluña", sostiene el Ejecutivo en funciones.

Por ello, recalca su pretensión de "garantizar en todo momento la seguridad y la convivencia en Cataluña" y se compromete a hacerlo "si es preciso siguiendo su compromiso de firmeza, proporcionalidad y unidad".

Además, el Gobierno de Pedro Sánchez reconoció "la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Estado, algunos de cuyos agentes han resultado heridos en los disturbios" y valoró "de manera muy positiva la coordinación y trabajo conjunto entre Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil".