La rentabilidad media sobre patrimonio neto se situó en junio en el 7,69% en junio por debajo del 8,27% contabilizado en el trimestre anterior y también inferior al 8,96% que tenían un año atrás.

Su deslizamiento coincide con una caída interanual del 10,38% en el beneficio global del sector que pasó desde los 11.754 millones de euros cosechados en junio del año pasado a 10.533 millones el pasado mes de junio.

En las cuentas pesó un aumento del 3,85% en la partida de costes, coincidiendo con la puesta en marcha de ajustes en la estructura por parte de algunas entidades; así como la subida del 8,53% en las dotaciones para saneamientos y, sobre todo, que los resultados por operaciones financieras pasasen de sumar 1.604 millones a solo 181 millones.

El repunte de los costes contribuyó a empeorar la ratio de eficiencia, que mide precisamente el porcentaje de los ingresos consumidos por los gastos operativos. La tasa subió del 52,42 al 54,29% en el último trimestre y compara también mal con el 52,42% contabilizado doce meses atrás.

En contrapartida las entidades reforzaron su solvencia y situaron la ratio de máxima calidad o CET1 en el 12,45% en junio, por encima del 12,34% acumulado apenas tres meses atrás o del 12,10% de junio del pasado ejercicio.

Asimismo, aumentaron la hucha de liquidez en la comparativa interanual y su tasa escaló del 167,28% al 169,65%, aunque bajó ligeramente frente al 169,76% acumulado hasta marzo.

Otro indicador con mejor evolución es el porcentaje de préstamos dudosos sobre el conjunto de la financiación viva con clientes. Su tasa bajó 4,12 al 3,40% en la comparativa interanual, su nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2015 que se fijado como primer período de referencia para la publicación de las series temporales estadísticas del organismo.