En esta misa, Franco recibió el homenaje "que el Gobierno quiso impedir por la mañana". Así lo aseguró Jaime Martínez-Bordiú, su nieto, a la salida de la celebración, que calificó como "una maravilla".

A la entrada, los familiares fueron recibidos con gritos de "Viva Franco", "Arriba España" y "Sánchez, traidor". A lo largo de la Eucaristía, el sacerdote hizo referencia a la vida del dictador y a la de su hija, y habló de él en todo momento como Francisco Franco. "Ni caudillo ni generalísimo", explicó uno de los asistentes.

Junto a Jaime Martínez-Bordiú, acudieron Luis Alfonso de Borbón y su familia, además de varios bisnietos del dictador. Entre el público había personas de todas las edades, desde mayores hasta niños que acudían con sus padres y hermanos.

A la salida, la familia fue despedida nuevamente con el 'Cara al sol', los brazos en alto y gritos de "no estáis solos". Preguntado por si había trasladado a la ministra de Justicia su malestar por la exhumación, Jaime Martínez-Bordiú señaló que "no era el momento".

Finalmente, respecto a los insultos que los asistentes dirigieron al presidente del Gobierno en funciones, Martínez-Bordiú consideró "que la gente haga y diga lo que quiera".