Lo hizo en su intervención en un acto de precampaña en Oviedo, donde concretó con ese emplazamiento público la sospecha que viene verbalizando repetidamente de que Sánchez pretende gobernar con el PP. Hasta ahora advertía del peligro de un Gobierno de coalición; hoy, más realista, lo redujo al de un acuerdo de legislatura o incluso sólo de investidura.

El líder de Podemos volvió a reclamar “que no engañen a la gente otra vez tapando los verdaderos problemas”, hablando de “Cataluña y la momia (de Franco)” para no hacerlo de economía y de cómo afrontará cada partido una eventual recesión económica. Pero él tocó un tema y el otro.

Sobre economía preguntó “qué significa esa propuesta del Gobierno a Bruselas donde no queda claro si la indemnización por despido la va a pagar la empresa o el trabajador”, en alusión a la llamada ‘mochila austríaca’ que al parecer ha suscitado división entre las tres ministras económicas: Nadia Calviño, María Jesús Montero y Magdalena Valerio.

El diputado Rafael Mayoral preguntó irónicamente en su intervención anterior si eso no revela "dos gobiernos" en uno, que fue una de las razones que esgrimieron los socialistas para no aceptar un Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos.

En cuanto al conflicto catalán, Iglesias dijo que ayer se oyó “la parida de la campaña”: la del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de que la violencia en Cataluña ha tenido más impacto que en el País Vasco. En este sentido, recordó que ayer la hija de Ernest Lluch, Rosa, cabeza de lista de En Comú Podem al Senado, le instó por ello a pedir perdón a las víctimas del terrorismo.

No obstante, él interpretó que Marlaska “es un señor muy inteligente”, por lo que “al decir eso está construyendo la excusa que le sirva al PSOE para llegar a un acuerdo con el PP”, y por eso ayer los socialistas se manifestaron en Barcelona contra el independentismo con el PP, Ciudadanos y Vox en la concentración convocada por Societat Civil Catalana.

FINANCIACIÓN DE CAMPAÑAS

El líder de Podemos comenzó su intervención en Oviedo, de 20 minutos de duración, denunciando que el ICO no vaya a revelar el dinero que ha prestado a los partidos, “entre ellos el PSOE”, en la campaña, y presumiendo de que su partido, al financiarse con microcréditos de particulares, no tiene servidumbres con los bancos.

De ahí pasó a denunciar que en la campaña no se hable de éstos, ni de desahucios, ni de industria, ni de asuntos económicos en general. “¿Cómo es posible?”, preguntó, “si todos los economistas dicen que está llegando la desaceleración que puede llevar a una nueva crisis”. Y recordó que él propuso un debate entre los responsables económicos de los partidos para que expusieran sus propuestas para afrontarla; una propuesta, se quejó, que “pasó como una bola en el desierto”, de la que ningún medio se hizo eco y a la que ningún partido respondió”.

Por eso, como sin duda a todos los partidos les preocupa esta situación, Iglesias dedujo que “hay un plan” para afrontar la crisis con medidas que satisfagan a la UE, y, para ello, “sacar a Unidas Podemos de cualquier ecuación de gobierno y llegar a un acuerdo con el PP”. Primero, repitiendo elecciones confiando en que esta candidatura se iba a “hundir” y tener el “contexto ideal para pedirle apoyo al PP”; y, ahora, seleccionando los temas de debate en la campaña.

En este sentido, Iglesias insistió en cuestionar el calificativo de “constitucionalistas” que recibieron el PSOE, el PP y Ciudadanos por manifestarse ayer contra los independentistas, y, una vez más, recordar los artículos de la Carta Magna que consagran la justicia social y fiscal. También expuso su apuesta por una acepción concreta de la palabra “seguridad”, la que se ha de brindar a los ciudadanos garantizándoles los servicios públicos y las prestaciones sociales.

Por ello, el líder de Podemos reiteró que lo que se juega en estas elecciones es si en el Consejo de Ministros habrá alguien dispuesto a aplicar medidas en defensa de este concepto de seguridad y a enfrentarse a los poderosos. Y volvió a sostener que éstos llevan cinco años tratando de destruir a su formación y, de hecho, la razón de la repetición electoral es que “algunos no aguantan que haya millones de compatriotas que, a pesar de lo que diga la santa televisión, sigan votando a Unidas Podemos”.

A esos compatriotas invocó para el 10 de noviembre, el día que, ante las urnas, tienen el mismo poder que cualquier millonario. “Hay que hacer que falle el plan”, les arengó, reiterando su mensaje habitual de que “la única garantía de que el PSOE no haga un pacto de investidura, de legislatura o de gobierno con el PP es que Unidas Podemos esté fuerte”.