Salud

Pediatras del Virgen del Rocío cierran un defecto arterial en bebés prematuros sin cirugía

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo de pediatras especializados en Hemodinámica del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla han realizado por cateterismo el cierre de un defecto arterial denominado ductus, que puede aparecer en bebés prematuros, en nueve neonatos evitando la cirugía.

Según informó este viernes el centro hospitalario, al evitar la cirugía que conlleva sus riesgos, esta técnica se puede practicar a edades cada vez más tempranas, incluso al mes de vida, o en pesos cada vez más bajos, ya que es mucho más segura, tiene un mejor pronóstico y una más rápida recuperación.

Abril, una pequeña que nació a las 27 semanas de gestación, es uno de los nueve neonatos que ya se ha beneficiado de estas técnicas. Todos ellos han sido grandes prematuros, algunos con 23 semanas y con un rango de peso que oscilaba entre 1,470 y 6 kilogramos de peso. De ellos, cinco con 2 kg. De los nueve bebés, dos fueron derivados de otros hospitales para someterse a este procedimiento.

DUCTUS

El ductus arterioso es una estructura embrionaria presente en todos los fetos que conecta la aorta con la arteria pulmonar principal y que tiene como finalidad asegurar el flujo en ambas arterias y, por tanto, su desarrollo adecuado. En condiciones normales se produce un cierre espontáneo de dicho vaso en el nacimiento, entre las 24 y las 72 horas de vida, una vez el bebé comienza a respirar con normalidad a través de sus pulmones fuera del útero materno.

Hay una serie de circunstancias que provocan que el cierre se retrase o incluso que no se produzca, siendo la prematuridad la causa fundamental de persistencia del ductus arterioso permeable. Si se mantiene abierto el ductus provoca una sobrecarga de volumen sobre los pulmones que, en el caso de los bebés prematuros, al encontrarse inmaduros, conlleva un aumento de necesidad de ventilación mecánica y del riesgo de infecciones pulmonares, además de una mayor inestabilidad cardiovascular.

Hasta ahora, el tratamiento se basaba en medicación y cuando ésta no funcionaba se pasaba a la cirugía abierta para realizar el cierre del ductus.

En cambio, con esta nueva técnica se consiguen mayores beneficios para el paciente, ya que precisa menor soporte respiratorio y cardiovascular tras el cierre por cateterismo. Además, hay menos infecciones respiratorias y una clara mejoría de la función de los pulmones inmaduros. De la misma manera, presentan un menor número de secuelas, ya que no se producen distorsiones en la anatomía del tórax o afectaciones neurológicas.

(SERVIMEDIA)
09 Nov 2019
ABG/mjg