Mujeres y niñas, entre las más afectadas por el cambio climático

MADRID
SERVIMEDIA

El cambio climático agrava y multiplica la discriminación y la desigualdad que en los países pobres sufren distintos colectivos vulnerables, como las mujeres y las niñas, la población migrante o las comunidades indígenas.

Así lo pone de manifiesto el informe 'Perspectiva de género en las migraciones climáticas' de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), presentado este jueves en Madrid.

En el acto, la secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí, advirtió de que en 2050 habrá unos 150 millones de personas que se verán forzadas a dejar sus hogares y a desplazarse (dentro o fuera de sus países) debido al cambio climático.

Según Rumí, "podría decirse que nos encontramos ante un nuevo tipo de colonialismo, el climático, puesto que se da la circunstancia de que quienes están soportando las peores consecuencias, son precisamente los que menos han contribuido a crear el problema".

Por este motivo, su departamento ha propuesto que en la Cumbre del Clima se dedique un panel específico al tema de las migraciones climáticas.

IMPACTO EN LA MUJER

Según Rumí, el cambio climático tiene un "efecto demoledor" sobre millones de personas que se ven forzadas a abandonar sus hogares, que es "aún más devastador para las mujeres y las niñas".

"Son ellas las que habitualmente se encargan de aspectos sobre los que el cambio climático está haciendo estragos", explicó, y "porque las discriminaciones de género, como la violencia machista o el menor acceso a la educación, se ven agravadas en contextos migratorios".

Beatriz de Miguel, autora principal del estudio, puso como ejemplo el caso del agua.

En ocho de cada diez hogares donde no hay agua corriente, las mujeres son las únicas encargadas de ir a buscarla. "Si hay sequía, cada vez tendrán que irse más lejos a buscarla y dispondrán de menos tiempo para otras tareas como ir a la escuela", apuntó.

Los desastres climáticos también perjudican más a las mujeres, prosiguió, que por su forma de vestir tradicional y su menor práctica del deporte tienen menos oportunidades de salvar la vida.

Asimismo, de Miguel llamó la atención sobre las "mujeres atrapadas" en su lugar de origen, que han de asumir "una doble carga de trabajo cuando sus maridos se marchan" a la emigración. En cambio, "si son ellas las que emigran, la carga de cuidados recae en otras familiares, no en el varón", recalcó.

Finalmente, la autora señaló que "ya sea por motivos climáticos o de otra índole, las mujeres y niñas que migran tienen mayor riesgo de sufrir violencia de género o de caer en las redes de trata. Por ello, pidió tener en cuenta estas circunstancias en el diseño de políticas climáticas.

(SERVIMEDIA)
21 Nov 2019
AGQ/mjg