Así se pronunció en la presentación del libro ‘Una España mejor’, donde narra su etapa al frente del Palacio de La Moncloa (2011-2018), que tuvo lugar en la Fundación Rafael del Pino con el periodista de la Cadena Cope Carlos Herrera como introductor y con el respaldo de la cúpula del PP y de los que fueron sus ministros.

“Que tantos amigos hayan querido estar hoy aquí lo cierto es que me reconforta y me llena de emoción”, reconoció Rajoy, para a renglón seguido agradecer de manera especial que Pablo Casado, “el presidente de mi partido”, haya hecho “un hueco en su agenda" para asistir.

Ya entrando en sus valoraciones políticas, afirmó que "una de las mayores preocupaciones que debemos tener los españoles en este momento es que, como consecuencia de los acuerdos a los que algunos puedan llegar, España esté condicionada por partidos que nada tienen que ver ni con la soberanía nacional ni con la Constitución española ni están precisamente a favor de la unidad de España”.

En palabras de Rajoy, la conclusión más importante de su libro es que “el consenso en los asuntos de Estado es fundamental”, como puede ser para cualquier reforma de la Constitución española, en lo que afecta a la lucha contra el terrorismo, la sucesión de la Corona, la unidad de España, la aplicación del artículo 155 o el desarrollo del modelo territorial español.

A su juicio, la primera vez que se rompió ese consenso fue a cuenta del Estatuto de Autonomía de Cataluña. En su caso, subrayó que intentó recuperar el consenso de los partidos nacionales con la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, para lo cual se puso de acuerdo con el PSOE y Ciudadanos.

En estos temas de Estado, prosiguió Rajoy, “es obligado que los dos grandes partidos vayan de la mano”. No citó en ningún momento explícitamente al presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, pero avisó de que “quien rompa (esos consensos) es un irresponsable”.

Precisamente, el exjefe del Ejecutivo y del PP adujo que “lo más importante” de la puesta en marcha del 155 es que se sacó el mensaje de que “la nación española tiene instrumentos para defenderse” cuando “se ataca” la soberanía del país.

Entre sus recomendaciones genéricas, nuevamente sin citar explícitamente a nadie, aseveró que “un gobernante debe tener convicciones” y que “siempre se agradece que sean buenas”. “Pero lo que de ninguna manera puede hacer un gobernante es obviar la realidad. No se puede ser un frívolo”, advirtió.

“El gobernante, aparte de no ser frívolo, tampoco debe ser un doctrinario, que es casi peor que ser un frívolo”, incidió Rajoy. Con su habitual retranca, añadió: “No hagan caso a los doctrinarios. En caso de duda, a mí, no a los doctrinarios”.

Durante su discurso, el expresidente hizo especial hincapié en que el gobernante ha de mirar “siempre” al “interés general de su país” y aseguró que “eso le da tranquilidad de conciencia” y “además le da votos” de la ciudadanía.

“NO SE HA HECHO NADA”

Además, valoró que “no se ha hecho nada” en materia de reformas desde que prosperó la moción de censura que le arrebató el poder el 1 de junio de 2018. En este sentido, avisó al Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez de que “de la inercia no se vive toda la vida”.

Rajoy recalcó que “es imprescindible” hacer reformas para mantener los niveles de riqueza y bienestar. Recordó que se hicieron “muchas” durante su mandato y que “sus efectos todavía hoy están aquí”.

“Desde que la moción salió adelante hace más de un año y medio, no se ha hecho nada”, se reafirmó. “Por suerte tampoco se derogaron las reformas que funcionaron”, indicó, y recomendó “no derogar por ser sectario lo que ha funcionado”.

Previamente, en un tono distendido, Rajoy enfatizó que siempre ha “intentado huir de no tener sustancia y de cotillear”. “Como decía Carlos Herrera, aquí (en su libro) no hay ni chismes, ni críticas personales, ni maldades”. “Y si las hubiera serían la excepción que confirma la regla general. Si alguien viere, aunque no las hubiere, chismes, críticas personales o maldades es que somos distintos”, agregó con sorna.

Como colofón leyó un pasaje de su libro en el que reivindica al PP como “un partido de centro” que “no arrastra doctrinas ni orejeras” y “huye de cualquier radicalismo”, rememorando así sus propias palabras en el Congreso de Valencia. “El centrismo es una voluntad”, remachó.