Después de siete horas de silencio, el núcleo duro de Pedro Sánchez se pronunció sobre la sentencia que avala la inmunidad del líder de ERC a través de Calvo aprovechando un acto de inauguración de unas jornadas sobre el 15 aniversario de la ley de violencia de género, a las que la vicepresidenta llegó arropada por los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Justicia, Dolores Delgado.

Calvo destacó el respeto a las decisiones judiciales e hizo hincapié en que el fallo del TJUE no tiene nada que ver con la sentencia del Tribunal Supremo que el pasado 14 de octubre condenó a 13 años de prisión a Junqueras, junto al resto de responsables políticos del desafío separatista.

Así, se refirió a que el pronunciamiento sobre la inmunidad de Junqueras “no entra en ningún momento, ni para nada” sobre su condena, sino que se trata de una decisión “prejudicial”. Pero este hecho coincide en plenas negociaciones del PSOE con ERC para la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno, hecho que debe ser “viable” antes de que acabe el año.

“Tenemos que hacerlo viable porque hace falta un gobierno que tome decisiones, incluidas las que conviene también a una salida de la situación política que tiene planteada Cataluña. El periodo anterior –por el Ejecutivo que presidió Mariano Rajoy- ha llegado hasta este punto, nosotros queremos que la política sea la que ocupe el espacio que nunca debió de abandonar la política. Por lo tanto, no encontramos que haya nada disonante para seguir trabajando”, concluyó.

La ‘número dos’ del Ejecutivo intentó restar importancia a las consecuencias de esta sentencia para la investidura, y destacó que se trata de una cuestión que está aclarándose “entre tribunales” e insistió en que ahora "es necesario abrir una nueva etapa política en nuestro país". "En clave política nosotros estamos en lo que nos obliga la democracia a estar, que es conformar una mayoría", remachó.