Laboral

Pepe Álvarez reivindica la influencia de la presión sindical para que el SMI haya subido un 45% desde 2016

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, reivindicó este sábado la influencia de la presión sindical en el hecho de que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se haya incremento un 45% desde 2016, después de que esta semana el Gobierno, patronal y sindicatos hayan pactado un aumento del 5% por el que pasará de 900 a 950 euros al mes.

En una nueva entrada de su blog ‘Valor sindical’, titulada ‘El comienzo del cambio’, Álvarez destacó que el acuerdo alcanzado es “satisfactorio”, aunque también considera que “la cifra alcanzada no cumple aún con nuestras expectativas”.

En este sentido, el líder de UGT recuerda que la petición de los sindicatos es que el SMI alcance el 60% del salario medio en España, por lo que esta subida “es un buen acuerdo porque inaugura un periodo de negociación que debe llevarnos a conseguir acuerdos con la patronal y con el Gobierno en materia de reforma laboral y del mundo del trabajo”.

Sobre la subida del SMI, Álvarez asegura que “estas subidas no solo no han tenido efectos negativos sobre el empleo, sino que han reforzado la demanda, el crecimiento y la propia generación de empleo estable”, además de haber mejorado la calidad de vida de los trabajadores que menos ganan.

Asimismo, apunta que “la realidad es que aún existe margen económico para subir más el salario mínimo, para situarlo en un contexto similar al de los países más avanzados de la zona euro”, y pone como ejemplo que la productividad por ocupado en Alemania es un 4,8% superior a la española, pero su SMI es un 48,3% mayor, mientras que en Francia la productividad es un 15,4% mayor que en España, pero el salario mínimo es superior en un 44,9%.

Por otro lado, el secretario general de UGT añade que el sindicato planteará cuestiones en el marco del diálogo social como la inclusión en el Estatuto del Trabajador de una cláusula que garantice que el SMI no puede ser nunca inferior a la cuantía que se determine referenciada al salario medio; que el SMI no pueda crecer menos que el IPC; y “reforzar el mecanismo de participación de los interlocutores sociales, estableciendo reuniones obligatorias tanto previas a la determinación del SMI cada año, como a mitad y al final del mismo, para estudiar sus impactos”.

De esta forma, Álvarez concluye el texto señalando que “el Gobierno ha hecho un buen trabajo” pero que la cuestión “no acaba aquí”, y añade que “este es el principio de un diálogo que queremos que continúe en una segunda fase con la derogación de la reforma laboral que tanto daño nos ha hecho”.

(SERVIMEDIA)
25 Ene 2020
IPS/man