Esta organización indicó que el turismo de cruceros también impacta en los ecosistemas marinos y altera la dinámica litoral por la construcción de terminales.

El mayor volumen turístico se concentra en la costa mediterránea y Canarias, especialmente en los puertos de Barcelona, Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria.

Ecologistas en Acción recalcó que las cifras del crecimiento en el turismo de cruceros se deben a la política de Puertos del Estado, organismo dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de "ampliación de terminales de cruceros y promoción del sector, en connivencia con las administraciones locales y autonómicas".

"Ésta es una política que responde a los intereses privados del sector ya que, si bien son puertos de titularidad estatal denominados ‘de interés general’, los procesos de liberalización han llevado a una gestión privada en manos de capitales internacionales (terminales concesionadas, operadoras y grupos navieros)", aseguró.

Según Ecologistas en Acción, el sector se concentra en cuatro grupos empresariales: Carnival Corporation (con 105 embarcaciones y un 41,8% del mercado), Royal Caribbean (52 barcos y 23,3%), Norwegian Cruise Line (26 naves y 9,4%) y MSC Cruceros (16 embarcaciones y 8%).

Subrayó que se trata de "corporaciones registradas en paraísos fiscales y con barcos que utilizan banderas de conveniencia de Bahamas, Malta, Panamá o Bermudas para eludir impuestos y normativas laborales y ambientales".

COMBUSTIBLES CON AZUFRE

Ecologistas en Acción recalcó que estos barcos generan contaminación en la población expuesta más directamente a las terminales de cruceros. "Son barcos que utilizan combustibles con un alto contenido de azufre que emiten contaminantes altamente peligrosos para la salud humana. Esto es posible debido a la deficiente regulación sobre el transporte marítimo comparada con la existente en tierra, donde su uso está prohibido", añadió.

Esta ONG, junto a la organización alemana Nabu (Nature and Biodiversity Conservation Union), ha realizado mediciones en las terminales de cruceros de Barcelona, Palma de Mallorca y en el estrecho de Gibraltar, que muestran niveles de contaminación hasta 70 veces mayores que la concentración de fondo normal de las ciudades.

Añadió que el impacto del turismo de cruceros sobre el clima es también alto y supone el modo de transporte con mayores emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro recorrido relacionadas con el turismo (en términos absolutos es la aviación).

Por todo ello, Ecologistas en Acción exigió a Transportes que frene "de inmediato" la ampliación de la actividad de cruceros y la construcción de nuevas terminales, así como de las infraestructuras aeroportuarias.

"Como primer paso ineludible, es necesario un plan de reducción drástico de la actividad en función de los niveles de protección de contaminación atmosférica. También como parte del cumplimiento de la reducción del 7,6 % de las emisiones anuales de GEI que reclama la comunidad científica en el último informe de la ONU. Además, es fundamental que no se planteen falsas soluciones de lavado verde como está ocurriendo con el gas natural", concluyó María García, portavoz de Ecologistas en Acción.