Junto a ello, reclamó la aprobación de un plan nacional de adaptación en el que se “defina un menú de indicadores” y la asamblea ciudadana del cambio climático “como una forma de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre este importante problema”, según precisó, a través de un comunicado, su presidente, Carlos Jiménez-Ruiz.

El responsable de Separ ofreció al Gobierno la colaboración, asesoramiento y experiencia científica y clínica de sus expertos en contaminación y medio ambiente en la lucha contra la contaminación y sus efectos y defendió que esta declaración de emergencia climática nace “en respuesta al consenso generalizado de la comunidad científica e internacional", que exigen una "acción urgente".

Tras recordar que el adulto medio respira más de 15 m3 de aire cada día, el doctor Jiménez-Ruiz destacó que la contaminación “es un grave problema sanitario” que España y el resto del mundo “tiene planteado". "Todos debemos colaborar para buscar las mejores soluciones” en torno a él, aseveró para, a continuación, puntualizar que las partículas en suspensión son consideradas ya “un cancerígeno de primer orden” y están muy asociadas a tumores pulmonares, de mama y digestivos.

Por ello, estimó “relevante” que la declaración de emergencia climática también sea acompañada por la puesta en marcha del Plan Nacional de Salud y Medio ambiente.

Entre los contaminantes ambientales, los óxidos de nitrógeno (NOx) son los que más muertes provocan en España, aproximadamente 6.000 al año; le siguen las partículas en suspensión, con 2.600 muertes anuales asociadas y el ozono troposférico, con más de 500, según apuntó la coordinadora del Área de Enfermedades Ocupacionales y Medioambientales de la Separ, la doctora Isabel Urrutia, para quien vivir expuesto a polución ambiental “es equiparable a fumar”.