Temporales sin precedentes han llegado a esta zona del planeta en los últimos años, como avalan los datos registrados por la red de estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), según informó este martes el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Estos temporales, definidos como históricos por batir récords de forma consecutiva de uno o varios fenómenos meteorológicos en zonas extensas, se han producido desde enero de 2017, con intensas nevadas en el interior de la Comunidad Valenciana y provincias limítrofes que dejaron decenas de miles de personas incomunicadas y sin servicios básicos.

El siguiente llegó en el verano de 2018, cuando batió el récord estival de descargas eléctricas, y otro se produjo en octubre de ese año, cuando se produjo la trágica riada de Sant Llorenç (Mallorca), en la que hubo 13 fallecidos; ese mismo mes se registró el récord absoluto de máxima intensidad de precipitación en una hora en Vinaròs (Castellón), con 159,2 litros por metro cuadrado.

TRES EPISODIOS HISTÓRICOS

La frecuencia e intensidad de estos fenómenos adversos categorizados como históricos parece haberse disparado desde 2019, al registrarse tres de ellos en los últimos nueve meses. Esta tendencia se inicia la pasada Semana Santa (del 18 al 22 de abril), con un temporal sin precedentes históricos para un mes de abril en el sureste peninsular.

Así, en algunas zonas costeras de Alicante, Murcia y el extremo sur de Valencia llovió en sólo cinco días cinco veces más de lo que suele llover en todo un mes de abril típico y el doble de lo que suele hacerlo en una primavera normal.

Cinco meses más tarde, del 11 al 15 de septiembre se produce un episodio en el que siete personas murieron por lluvias torrenciales. Por volumen de precipitación, se trató del episodio de precipitación más importante en Murcia de al menos los últimos 50 años en extensión, intensidad y persistencia.

En la comarca alicantina de la Vega Baja fue el de mayor precipitación acumulada en el promedio comarcal al menos desde 1879, con un 39% más de precipitación que el siguiente en volumen, que se produjo en noviembre de 1987.

Los extraordinarios registros de lluvia, por encima de los 300 litros por metro cuadrado, batieron récords absolutos de precipitación en un día, con mucha diferencia respecto de las marcas anteriores en observatorios con más de 50 años de datos, como Alcantarilla, Murcia, Cartagena y Ontinyent, e incluso centenarios como Orihuela.

'GLORIA'

Por otro lado, la borrasca 'Gloria' llegó del 19 al 25 de enero pese a no generarse por un proceso de ciclogénesis explosiva (no se profundizó mucho y muy rápidamente) ni fue especialmente profunda.

Hubo dos factores que propiciaron uno de los temporales más especiales desde que hay registros en el área mediterránea: sobre Inglaterra se encontraba posicionado un anticiclón anómalo tanto en intensidad (superior a 1050 hectopascales en su centro, el valor más alto registrado por el servicio meteorológico británico desde 1957) como en extensión, que, en conjunción con 'Gloria', creó un gradiente de presión del que se derivaron vientos del levante muy fuertes.

Además, llegó aire húmedo de procedencia subtropical que posteriormente fue canalizado por la borrasca. Así, mientras "Gloria" inyectaba aire húmedo, el anticiclón ayudaba a incorporar aire más frío procedente del continente.

El resultado fue un temporal invernal muy completo, con mala mar, lluvias persistentes, vientos fuertes, nieve abundante, mínimas extremas y numerosas descargas eléctricas, y único por acumular récords de todo tipo dentro de un mismo evento.

En su fase final, la fuerte inestabilidad, ocasionada por el flujo de aire húmedo, se desplazó desde el Golfo de Cádiz y el mar de Alborán hacia la costa generando una línea de tormentas responsable de intensas y persistentes lluvias que, acompañadas ocasionalmente de granizo (como el caído en Marbella y Mijas), afectaron el viernes y el sábado de la semana pasada fundamentalmente a la provincia de Málaga.

OLAS MÁS ALTAS

Como resultado del temporal marítimo, se registró la mayor ola jamás medida en el Mediterráneo occidental, con 8,44 metros de altura significante el pasado 20 de enero contabilizados por la boya de Valencia. Ello supera el récord anterior de 8,15 metros, medido por la boya de Mahón en enero de 2003, y el anterior de la de Valencia (6,45 metros en 2017).

La altura significativa es el promedio del tercio de la elevación de las olas más altas, con lo que se calcula que las olas pudieron alcanzar los 13 metros de altura máxima.

Ese mismo día, la boya de Dragonera (oeste de Mallorca) también marcó un máximo histórico con 7,97 metros de altura significante, cuando el anterior eran 6,33 metros en enero de 2017, y 14,2 metros de altura máxima.

Además, el 21 fue el día de enero con mayor número de descargas eléctricas en la Comunidad Valenciana desde que comenzó a funcionar la red en la década de 1990, con 3.035 rayos caídos dentro de la región.

'Gloria' también dejó cuantiosas precipitaciones. En aproximadamente cinco días, siete estaciones acumularon más de 300 litros por metro cuadrado, con especial mención a Barx (Valencia), que recogió 433 litros por metro cuadrado, esto es, el cuádruple de lo normal para todo un mes de enero.

En la fase final del episodio destacan los 21 litros por metro cuadrado caídos en sólo una hora en el aeropuerto de Málaga o los 264,6 l/m2 recogidos entre el 22 y el 25 de enero en Coín (Málaga).

El martes pasado registró récords de lluvia asociados a un mes de enero, de manera que fue la jornada más lluviosa desde hace casi 75 años en el aeropuerto de Barcelona, casi 90 años en Tortosa (Tarragona), más de 100 años en Daroca (Zaragoza) y casi 70 años en Zaragoza.

Por último, 'Gloria' aportó un dato sobre nevadas: 86 centímetros de grosor de nieve en Vilafranca (Castellón) el 21 de enero, lo que supera los 80 centímetros acumulados del 7 de marzo de 1968, que figuraban como récord de la serie histórica en ese lugar.