Los homicidios de mujeres en España aumentaron desde los años 60 por la “evolución” de su “estatus” social, según un estudio
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La mortalidad femenina por homicidio en España experimentó un “aumento” a partir de finales de los años 60 como consecuencia de la “evolución” del rol y el “estatus” de la mujer en la vida social.
Esa es la principal conclusión de la investigación ‘Victimización por homicidio femenino en España de 1910 a 2014: ¿el precio de la igualdad?’, auspiciada por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Lausana (UNIL, Suiza) y que recopila por primera vez los datos sobre víctimas de homicidios en toda España, separados por sexo, desde 1910 hasta 2014.
El trabajo, cuyos resultados publica el ‘European Journal on Criminal Policy and Research’, es obra de la directora del grado de Criminología de la UOC, Antonia Linde y revela que la proporción entre hombres y mujeres víctimas por homicidio ha disminuido desde los inicios del siglo XX hasta los inicios del siglo XXI. En la década de 1910 eran entre siete y nueve hombres por cada mujer; en la segunda mitad de los sesenta, 2,7 hombres por cada fémina y a principios de 2010, menos de dos hombres por mujer.
Otro dato “destacable”, según Linde, es que mientras la “victimización masculina disminuye a partir de mediados de los ochenta, la victimización femenina aumenta”.
“Es interesante porque durante este periodo la gran mayoría de países del entorno muestra, a partir de los años sesenta, una disminución de la victimización por homicidio en general, incluyendo la femenina”, remarcó.
“El análisis muestra una tendencia al alza desde principios del siglo XX solo interrumpida durante las dos dictaduras que gobernaron el país y los índices de muertes más bajos durante estos años se explican, seguramente, por las restricciones de la libertad que sufren los ciudadanos”, enfatizó para explicar que después de la guerra, los homicidios “decrecen constantemente hasta llegar a su nivel más bajo a principios de los años sesenta”.
CAMBIO DE ROL
La investigación subraya que, a partir de esa década, las rutinas de las mujeres “se modifican rápidamente”. “Pasan más tiempo fuera de casa, estudiando o trabajando, y permanecen solteras y sin hijos durante periodos más largos”, señaló, convencida de que estas nuevas actividades “habrían aumentado su exposición al riesgo de ser victimizadas porque pasan más tiempo fuera de casa e interaccionan con más personas”.
En concreto, el estudio muestra asociaciones entre la evolución del número de mujeres víctimas por homicidio con seis indicadores del rol y el estatus social de la mujer en España: matriculación en estudios superiores, presencia en el mercado laboral, edad media de la madre en el nacimiento del primer hijo, matrimonio, divorcio y aborto.
Entre los datos que, destaca que el número de mujeres matriculadas en instituciones de enseñanza superior aumentó de manera “muy significativa” entre 1915-1916, cuando las mujeres representaban el 2 % respecto al total de estudiantes y comienzos de los años sesenta, en que pasan a ser un 25 % y, a partir de los ochenta, una mayoría.
Además, subraya cómo el número de matrimonios se redujo en un 50 % en el periodo analizado, pasando de siete enlaces por cada 1.000 habitantes en 1910, a 3,4 el 2014.
(SERVIMEDIA)
29 Ene 2020
MJR/gja