Así se deduce de los últimos análisis de seguridad alimentaria del Marco Armonizado, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), cuyos expertos prevén que cerca de 4,8 millones de personas de Sahel Central están “en riesgo” de sufrir inseguridad alimentaria durante la temporada de escasez -entre junio y agosto- si no se toman las medidas oportunas “de manera urgente”.

Tras precisar que este aumento “sin precedentes” de las necesidades humanitarias es la “mayor señal” de la situación “alarmante” a la que se enfrenta África Occidental en 2020, las agencias de la ONU subrayaron que en esta región el número de personas en riesgo de inseguridad alimentaria podría alcanzar los 14,4 millones, una cifra a la que no se llega desde 2012.

Una situación que es “más preocupante” en Burkina Faso, Malí y Níger, donde el conflicto y su impacto en las comunidades se han convertido en la causa principal de la inseguridad alimentaria. En Burkina Faso la situación es “especialmente alarmante” ya que el número de desplazados ha pasado de 90.000 a 560.033 entre enero y diciembre de 2019.

En este punto, aunque los resultados de las encuestas nacionales de nutrición de 2019 en el Sahel no muestran un “deterioro inmediato” del estado nutricional de los niños la situación sigue siendo “frágil”, ya que las tasas de desnutrición aguda global siguen estando por encima o cerca del "umbral de gravedad" de la OMS en Níger (10,9%) y en Malí (9,4%).

La situación es “particularmente preocupante” en el norte de Burkina Faso, donde la inseguridad generalizada “obstaculiza considerablemente” la prevención y el tratamiento de la desnutrición aguda de las madres y los niños pequeños, según las agencias de la ONU, que alertaron de un “fuerte deterioro del estado nutricional de los menores de cinco años” en los municipios con un elevado número de desplazados internos.

A juicio de la ONU, es necesario “proteger” la nutrición de los niños pequeños y prevenir la desnutrición aguda “que amenaza su vida”. “Los enfoques integrados para la prevención y la atención de la malnutrición aguda deben aplicarse a escala inmediata en las zonas más afectadas”, abundaron sus tres agencias.

GENERACIÓN EN RIESGO

“Estamos viendo un impresionante aumento del hambre en Sahel Central y el número de personas en situación de inseguridad alimentaria se ha duplicado tras la época de cosecha, cuando debería haber disminuido”, aseveró el director regional del PMA en África Central y Occidental, Chris Nikoi, para quien si no se actúa “ahora, toda una generación está en riesgo”.

El conflicto del Sahel central es una “crisis en cascada” que se extiende por toda la región y que pone “en peligro a toda una generación de niños”, según la directora regional de UNICEF para África Occidental y Central, Marie-Pierre Poirier, quien denunció que cientos de miles de niños “están privados de educación, son vulnerables a la explotación y corren el riesgo de padecer desnutrición”, por lo que instó a “actuar ahora con los aliados para evitar una tragedia”.

Para los expertos, la asistencia “inmediata” para responder a las necesidades urgentes debe ir acompañada de “inversiones sustanciales” en medios de vida rurales y servicios sociales para “reforzar la cohesión social y sentar las bases de la paz en la región”.

“Mientras no abordemos estas crisis desde sus raíces, millones de pastores y agropastores vulnerables seguirán necesitando ayuda urgente cada año, como ocurrió en 2019 y ocurrirá en 2020", declaró el coordinador subregional de la FAO para África Occidental, Robert Guei.