Son algunos de los datos que recordó este martes la presidenta de la ong católica, Clara Pardo, durante la presentación de la nueva campaña de Manos Unidas en Madrid, titulada 'Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú'.

"Muchas de estas personas intentarán satisfacer, más allá de las fronteras de sus países, los derechos básicos que garanticen la dignidad humana: el derecho a una alimentación adecuada, el agua potable, a una vivienda digna o el derecho a tener una salud física y mental óptima ¿Nos hemos planteado qué vamos a hacer cuando esos refugiados climáticos llamen a nuestras puertas?", cuestionó Pardo.

La presentación contó con el testimonio de la misionera Janeth Aguirre, que trabaja en proyectos de Manos Unidas con mujeres en Mali desde hace 15 años. En ese país africano, además de población mayoritaria son responsables de la agricultura, la educación y la familia.

La ayuda que necesitan, dijo, "no consiste sólo en darles pozos para que tengan agua o darles comida para que sacien su hambre un día", sino que "hay que crear soluciones duraderas, formar a las mujeres, capacitar las en técnicas de cultivo y de riego, reutilizar las aguas usadas, ayudarlas a crear la infraestructura para que la mujer caliente pueda realizar su trabajo y cumplir con su misión con menos angustias".

CAMBIAR LA MIRADA

El misionero colombiano Alberto Franco, miembro de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y de la Red Iglesias y Minería, denunció "que no es ético ni realista seguir escuchando los negacionistas de la crisis ambiental y socioeconómica", por lo que reclamó como "urgente pasar de una mirada antropocéntrico a una biocéntrica".

"El cobre en Chile, el litio en Bolivia, el petróleo en Venezuela o Ecuador, los monocultivos en Brasil, Paraguay o Argentina, la Palma aceitera en Centroamérica o Colombia y el oro en toda Latinoamérica explican mejor el hambre y los daños ambientales que muchos libros y especialistas".

"Los principales problemas ambientales son el egoísmo, la codicia y la apatía, y para hacer frente a estos necesitamos una transformación cultural y espiritual ", zanjó el religioso, citando al especialista ambiental James Gustave Speth.

Por todo ello, los misioneros llamaron a colaborar con esta ONG católica que en 2018 destinó 35,9 millones de euros a 564 proyectos en 54 países. Más de un millón se destinó a luchar directamente contr el cambio climatico.

"Nadie tendría que salir de casa", subrayó Janeth Aguirre pridiendo apoyo a esta campaña solidaria. "La gente tiene problemas para migrar, pero los recursos naturales llegan aquí sin problema", reprochó el sacerdote Alberto Franco.