El consumo de cemento se ralentiza en España pese a que creció un 5,9% en 2019

-La patronal Oficemen prevé que este año lilmite su aumento al 2%

MADRID
SERVIMEDIA

El consumo de cemento en España cerró 2019 en 14.254.420 toneladas, un 5,9% más que el año anterior, pero los datos confirman, según Oficemen, que el consumo ha reducido a la mitad su ritmo de crecimiento en el segundo semestre y que en 2020 la situación de ralentización se prolongará, con un aumento aproximado del 2%.

El balance que presentó este jueves la Agrupación de fabricantes de cemento de España, Oficemen, refleja que la evolución del consumo de cemento fue al alza durante los seis primeros meses de 2019, cuando se incrementó a un ritmo cercano al 11%, pero se estancó en el segundo semestre, incluso con una ligera caída en el acumulado de julio a diciembre del 0,2%, en comparación con el mismo periodo de 2018.

El mes de diciembre fue el más negativo de todo el 2019, ya que marcó una caída de más de 100.000 toneladas (-10,2%) respecto al mismo mes del año anterior, y se convirtió en el cuarto mes que cerró en negativo en 2019. El dato de diciembre, según Oficemen, “ha lastrado en casi un punto porcentual el crecimiento acumulado al cierre de noviembre”.

El presidente de Oficemen, Víctor García Brosa, destacó que “las 110.000 viviendas que se iniciaron en 2019 representan la mitad de las viviendas que se construían en los periodos previos al boom”. “Para un país como España, el mercado inmobiliario debería contar, de media, con entre 180.000 y 200.000 viviendas nuevas al año”, añadió.

Además, la patronal cementera recordó que la inversión pública en infraestructuras en relación con el PIB “se encuentra en torno al 1%, el nivel más bajo desde 1983”. Por ello, García Brosa instó al Gobierno a tomar medidas “de manera urgente, especialmente en transporte y movilidad, acceso a las ciudades, mejora de redes secundarias e infraestructuras relacionadas con el tratamiento de los residuos o el saneamiento y depuración del agua”.

Sobre este aspecto, y tras la declaración de Estado de Emergencia Climática y Ambiental por parte del Gobierno, García Brosa reconoció la “necesidad de invertir en un país más seguro y menos vulnerable frente a los impactos y los riesgos del cambio climático”. “En este sentido, el hormigón va a tener un papel imprescindible para la construcción de edificios e infraestructuras más seguras y resilientes”.

En cuanto a la obra pública, el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, alertó de que “la ejecución de la misma no progresa, al contrario que la licitación, que crece de manera enorme”. “No tenemos ninguna contribución positiva por parte de la obra pública y esto es tremendamente preocupante porque ponemos en riesgo todo lo conseguido”, señaló Zaragoza, que instó al Gobierno a que “busque soluciones al déficit de la obra pública”.

En ese sentido, Zaragoza expresó que, desde Oficemen, “ansían que el nuevo Gobierno atienda las peticiones relativas a las obras de reposición, especialmente en obras antiguas de vigas o en canales de agua”. “Hay sitios donde invertir tendría un retorno, son obras necesarias que si se viesen desde un punto de vista privado se llevarían a cabo, pero eso no sucede desde el ente público”, lamentó.

EXPORTACIONES, EN NÚMEROS ROJOS

Las exportaciones superaron en diciembre la cota de los dos años y medio de caídas ininterrumpidas, con un descenso del 33% y la pérdida de casi 200.000 toneladas. En el conjunto de 2019, se situaron en 6.232.043 toneladas, con un descenso del 23%, lo que supone una pérdida cercana a los dos millones de toneladas en mercados exteriores. “Esto es el equivalente a la producción media anual de entre tres y cuatro fábricas de cemento”, explicó García Brosa.

La previsión de exportaciones para 2020 “no es buena”, señaló Zaragoza, que apuntó a Turquía, Argelia y Egipto como “los principales competidores de España, especialmente en África, dado que no tienen los mismos sobrecostes en tema medioambiental”.

Por su parte, las importaciones se duplicaron, pasando de 465.390 toneladas en 2018 a casi un millón en 2019. En cuanto a los datos de producción de cemento, se incrementaron un 2,6% el pasado año, manteniéndose por debajo de los 17 millones de toneladas anuales desde 2014. Fundamentalmente, las importaciones procedieron de Argelia, donde se compró clínker, y Turquía, donde se adquirió cemento.

García Brosa alertó de que España “ha pasado de ser el quinto productor de cemento del mundo en 2007 a ocupar el puesto 29, por detrás de países como Marruecos, Polonia, Filipinas o Nigeria”. “Además, países ya construidos como Francia, Italia o Alemania mantienen unos niveles de producción muy por encima de los de España”, añadió.

Según el análisis de Oficemen, detrás de los malos resultados de la balanza comercial del cemento “se encuentran los sobrecostes energéticos que sufre la fabricación de cemento en España respecto a otros países competidores”. “De media, la tarifa eléctrica de una fábrica española es un 27% más que cara que la de una en Alemania y un 21% más que en Francia”, explicaron.

Por ello, desde la patronal cementera “urgen al nuevo Gobierno a que desbloquee la puesta en marcha del prometido Estatuto de la Industria electrointensiva para no incrementar la brecha con los países vecinos”.

Además, desde Oficemen apuntaron también a la evolución del precio de los derechos de emisiones de dióxido de carbono como culpable de los malos resultados, ya que, según explicaron, “estos se han disparado en los últimos tres años, pasando de 5,83 euros por tonelada en 2017 a 24,84 euros por tonelada el pasado año”. “Estos datos lastran la competitividad de la industria europea frente a terceros países con escaso compromiso en la lucha contra el cambio climático”, manifestaron.

TRES NUEVOS RETOS

En cuanto a los retos del sector, el director general de Oficemen señaló la economía circular, la reducción de emisiones de dióxido de carbono y la digitalización y aplicación de nuevas tecnologías como “fundamentales”. En cuanto a la reducción de emisiones, la previsión y el objetivo de la patronal cementera es “alcanzar la neutralidad carbónica en el año 2050”.

En lo que respecta al objetivo de economía circular, Zaragoza indicó que la situación de España en Europa es “preocupante”, ya que se encuentra en un nivel del 26,5%, por debajo de la media europea (46%). “Es un reto que hay que abordar ya y, para ello, necesitamos la colaboración de las distintas administraciones”.

(SERVIMEDIA)
06 Feb 2020
JMR/gja