Así lo dijo Sánchez al comparecer ante los medios de comunicación en el Palau de la Generalitat una vez finalizada la reunión con Quim Torra, que duró unas dos horas y que según las dos partes se celebró en un clima de "coordialidad".

Con un “diálogo franco y absolutamente transparente y sincero”, dijo Sánchez al ser preguntado sobre la exigencia independentista de que haya un mediador, ya que considera que no hará falta alguno en este camino para avanzar hacia la resolución política que se abordará en la mesa de diálogo bilateral entre los dos ejecutivos.

“El mediador van a ser los 47 millones de ciudadanos y ciudadanas que van a ser testigos de un dialogo franco, sincero, diáfano, en el que lógicamente van a conocer todas las propuestas, pareceres y posiciones, en este caso, del Gobierno de España y del Govern de la Generalitat de Cataluña”, respondió ante las pretensiones de los independentistas de que haya una figura en esa mesa de diálogo.

El presidente insistió en que “es el momento de avanzar” porque “estamos hablando de una crisis larvada durante muchos años” en la que van a “necesitar de mucha paciencia, determinación y generosidad. Pero lo que sí que es evidente es que tenemos que cambiar el rumbo de inmediato”.

De hecho, en su intervención ante los periodistas en el Palau tras la reunión con Quim Torra, avanzó que él mismo liderará la delegación del Ejecutivo central que se prevé que se reúna este mismo mes de febrero dentro de la llamada mesa de diálogo. Torra le recogió el guante y consideró que deberían acudir ambos a “todas”.

Desde la galería gótica del Palau, el presidente destacó que hoy en un día “importante” y recordó sus palabras en la investidura sobre la importancia del “necesario” diálogo, pero que “que el diálogo debe partir del reconocimiento del otro”.

En este sentido, Sánchez comentó que el hecho de que Torra le traslade la apuesta por la autodeterminación demuestra que el diálogo “no será fácil y rápido” porque evidencia los “dispares” que están las posturas.

Sánchez, que recordó que es el presidente de un gobierno de coalición donde las dos fuerzas que lo forman PSOE y Unidas Podemos suponen en Cataluña el mismo peso que las fuerzas independentistas, ensalzó que es un “firme defensor del autogobierno en Cataluña”.

"LA LEY ES LA CONDICIÓN"

Partiendo de que “la ley es la condición, el diálogo es el camino”, Sánchez señaló que “no hay otra forma de resolver” este contencioso político con Cataluña, porque “no hay otra vía que a través de un diálogo que se desarrolle dentro de la Ley”.

“La ley por sí sola tampoco basta, y lo hemos visto”, dijo Sánchez, en un repaso de la actuación mantenida hasta ahora en la última década que ha estado presidida por el “desencuentro, por el conflicto institucional, por el contencioso político y la tensión social”.

“El balance de la última década es lamentable. Nadie ha ganado. Todos hemos perdido. Nadie puede sentirse satisfecho del balance. El balance es sombrío. Y solo ha dejado una estela de desánimo y hastío” por lo que animó a dejar de perder el “tiempo en querellas que podemos resolver desde la política”.

“El significado de este encuentro es la voluntad sincera de diálogo y acuerdo”, dijo Sánchez tras agradecer el “tono y la predisposición” al diálogo “honesto, abierto y respetuoso entre dos presidentes”.

Con ese trasfondo, el presidente consideró como un “profundo sentimiento de honor” acudir al Palau para reunirse con Torra, al que le entregó un programa para el “reencuentro”, que en parte será debatida en la Comisión bilateral entre gobierno que, liderada por la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, se reactivará este mismo mes de febrero.

Sánchez hizo una extensa reflexión sobre lo que espera del nuevo tiempo porque “no hay ningún enemigo tenebroso y oscuro tan fuerte que sea capaz de frenar el reencuentro”,

Consciente de que habrá “resistencias” en este “camino, que no será fácil ni rápido”, advirtió de que habrá “sectores” que se resistan al diálogo pues “hay quienes piensan que la imposición es el único desenlace admisible”.

No obstante, se mostró convencido de que superarán esas reticencias “porque somos muchos más quienes deseamos diálogo y reencuentro y además representamos el principio de esperanza”. “Hasta creo que los opuestos al diálogo, viendo que nada positivo pueden ofrecer, acabarán sumándose a la vía del acuerdo para no quedarse solos”, remachó el presidente.