Así figura en un informe elaborado por la red internacional Stay Grounded, formada por más de 150 organizaciones, entre ellas Ecologistas en Acción, en cuya sede en Madrid se presentó este martes ese trabajo, titulado 'Decrecimiento de la aviación: la reducción del transporte aéreo de manera justa'.

Pablo Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción, sentenció que esta red defiende que haya menos vuelos en lugar de apostar por la "aviación verde". Indicó que la industria de la aviación señala que el sector representa sólo un 2% de las emisiones mundiales de CO2, pero los aviones también emiten ozono, metano, hollín, estelas y nubosidad inducida, con lo que su impacto climático es mayor y la aviación contribuiría entre un 5 y un 8% al calentamiento global.

Muñoz comentó que la industria aeronáutica prevé un crecimiento anual del 4,3% para las próximas dos décadas, periodo en el que los constructores pronostican que serán necesarios 39.000 nuevos aviones para atender la creciente demanda de pasajeros, ello "en un contexto global en el que la economía está tendiendo a reducir las emisiones".

La Comisión Europea cree que las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación en 2050 podrían ser entre cuatro y ocho veces superiores a las de ahora. Las emisiones mundiales de CO2 aumentaron un 25% entre 1990 y 2010, periodo en el que crecieron un 70% las de los aviones. "Son cifras inaceptables en un escenario de emergencia climática", apuntó Muñoz.

CUATRO MEDIDAS

Por ello, Stay Grounded propone cuatro grandes medidas para reducir el número de vuelos. Una de ellas es, como explicó Muñoz, "penalizar a los viajeros" que tienen más posibilidades de volar, ya que menos de un 10% de la población mundial ha cogido alguna vez un avión. Ello pasaría por una tasa a los viajeros frecuentes o una tasa a los kilómetros recorridos, las cuales, según Muñoz, pueden complementarse.

Esas tasas tomarían como referencia un marco temporal (tres o cuatro años, por ejemplo). El primer billete no conllevaría ningún sobrecoste, el segundo sí y a partir de entonces se encarecería el precio. "En algunos países se debaten estas medidas", aseguró Muñoz.

Otra medida es reducir el tráfico aéreo mediante la prohibición de vuelos de proximidad (como el de Ámsterdam-Bruselas, cuya supresión ya ha sido propuesta dada la alternativa del tren, o el puente aéreo de Madrid-Barcelona, sugerido por la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau), que haya menos vuelos de corta y media distancia si ese recorrido puede hacerse vía ferroviaria en pocas horas, y una moratoria a la construcción o ampliación de infraestructuras aeroportuarias -algo que AENA quiere acometer en Madrid, Baleares y Cataluña-.

Además, los expertos proponen "eliminar los privilegios de la aviación", como apuntó la coordinadora de Transporte de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, quien lamentó que los vuelos internacionales no conlleven IVA. En este capítulo, las peticiones son un impuesto al queroseno similar al de otros combustibles, la aplicación del IVA a todos los vuelos, un impuesto al carbono y una tasa a los billetes.

La última medida se refiere a fomentar alternativas de transporte más sostenible, fundamentalmente el tren. Muñoz lamentó que en los últimos años se haya "desmantelado" el sistema ferroviario en España y también en otros países de Europa,en favor de la alta velocidad ferroviaria. Por eso, apostó por recuperar los trenes nocturnos (recientemente se ha reabierto la línea entre Viena y Bruselas) y por facilitar los sistemas de reservas internacionales, reducir el precio de los billetes y más coordinación en los transbordos entre trenes nocturnos y diurnos.