Así lo pone de manifiesto el banco en un análisis publicado este lunes de las economías europeas y el impacto que sufrirán por el coronavirus.

En concreto, observa en Europa un golpe por el brote “significativamente mayor y más prolongado”, derivado de una menor demanda de exportaciones, una demanda interna más débil e interrupciones en la cadena de suministro.

Pese a que la incertidumbre es “muy grande”, Goldman Sachs estima para la zona euro un crecimiento del 0,3%, siete décimas menos que en sus estimaciones previas al impacto del coronavirus.

Para Alemania e Italia prevé que el efecto sea más importante, en el primer caso por las interrupciones en el suministro derivadas de China y en el segundo caso por la repercusión local del brote. De hecho, estima un descenso del PIB del 0,2% en Alemania y del 0,8% en Italia.

Mientras, para España y Francia estima que se mantendrán “un poco más resistentes” por su exposición más limitada al comercio internacional y por tener un punto de partida “más fuerte”. Así, de las cuatro economías analizadas - Alemania, Francia, Italia y España – la española es la que más crecerá este año, seguida de Francia (0,4%).

Atendiendo al recorte de previsiones por el coronavirus, el de España es el menor y el de Alemania el mayor (de 1,1 puntos).

En el caso de Reino Unido, su economía avanzará un 0,5% descontando el impacto del virus, cinco décimas menos respecto a la situación anterior.

De cara a 2021, el banco proyecta un repunte económico tras el coronavirus. Alemania será la que más crezca, con un 2,1%, seguida de España (2%), Francia (1,8%) e Italia (1,2%). Mientras, la media de la zona euro será del 1,8%.

Goldman Sachs apunta que Alemania será la que mayor repunte logrará al sumar siete décimas, y España la que menos, con tres décimas adicionales. Por su parte, Reino Unido situará su crecimiento en el 2,4%, otras tres décimas más con el impacto del virus.

El banco de inversión puntualiza que el pronóstico es “muy incierto” por la evolución desconocida del virus y sus potenciales repercusiones.

“Aunque esperaríamos una política fiscal para proveer un apoyo significativo en un escenario más negativo, la debilidad del punto de partida de Europa, el acuerdo institucional incompleto y los espacios limitados para las políticas sesga los riesgos de nuestra actualización de perspectivas a la baja”, apunta Goldman Sachs.