Ciencia

Una guerra nuclear entre India y Pakistán enfriaría el planeta una década

- El hollín del conflicto reduciría la producción de cultivos y conllevaría la hambruna

MADRID
SERVIMEDIA

Una hipotética guerra entre India y Pakistán, que se reparten menos del 1% del arsenal nuclear del mundo y se disputan la región de Cachemira, desencadenaría consecuencias más allá de esa región porque llevaría a una década de enfriamiento global y una escasez de alimentos sin precedentes en todo el planeta, con su consiguiente hambruna.

Así lo asegura un equipo internacional de 19 investigadores de cinco países en un estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. El trabajo incorpora nuevos modelos globales de clima, producción de cultivos y comercio, y examina los posibles efectos de un conflicto entre dos enemigos con armas nucleares que están enfrentados desde hace mucho tiempo: India y Pakistán.

El concepto de 'invierno nuclear', un enfriamiento planetario de un año provocado por el hollín en el aire generado por bombas nucleares, ha existido durante décadas y esa hipótesis se ha basado en gran medida en cálculos que implicarían una guerra total entre Estados Unidos y Rusia. El nuevo estudio sugiere que un enfrentamiento a menor escala entre India y Pakistán desembocaría en efectos globales.

Se calcula que cerca del 95% de las ojivas nucleares de todo el mundo pertenecen a Estados Unidos y Rusia, y que India y Pakistán tienen unas 150 cada uno. El estudio examina los posibles efectos que supondría si estos dos últimos países hicieran explosionar 50 bombas del tamaño de Hiroshima, menos de un 1% del arsenal mundial.

Además de la muerte y la destrucción inevitables, los autores señalan que los incendios que seguirían a los bombardeos lanzarían unos cinco millones de toneladas de hollín hacia la estratosfera, desde donde se extenderían en todo el planeta y permanecerían en esa parte de la atmósfera.

Ello absorbería la luz solar y reduciría las temperaturas medias globales en aproximadamente 1,8ºC durante al menos cinco años. Los científicos creen que esto, a su vez, provocaría que la producción de los cuatro principales cultivos de cereales del mundo (maíz, trigo, soja y arroz) caería un 11% durante ese periodo, con efectos decrecientes que durarían entre 5 y 10 años.

"Incluso esta guerra regional limitada tendría implicaciones indirectas devastadoras en todo el mundo", apunta Jonas Jägermeyr, científico postdoctoral en el Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA y director del estudio, quien asevera: "Superaría la hambruna más grande documentada en la historia".

DIFERENCIAS NORTE-SUR

Según el estudio, se verían afectadas regiones graneras norteñas en Estados Unidos, Canadá, Europa, Rusia y China, pero, paradójicamente, las regiones del sur padecerían más los estragos del hambre, debido a que muchas naciones desarrolladas del norte producen enormes exedentes que se exportan en gran medidas a países del sur que apenas pueden alimentarse. Si esos excedentes se agotaran, los efectos se extenderían al sistema de comercio mundial.

Los investigadores creen que unos 70 países, en gran parte pobres y con una población acumulada de unos 1.300 millones de personas, verían caer los suministros de alimentos en más de un 20%.

Algunos efectos adversos en los cultivos vendrían de los cambios en las precipitaciones y la radiación solar, pero la gran mayoría se derivarían de las caídas de temperatura. La siembra sufriría más en los países situados por encima de 30 grados de latitud norte porque las temperaturas allí son más bajas y las estaciones de crecimiento agrícola son más cortas.

En consecuencia, las cosechas de maíz, la principal en cereales del mundo, podrían caer en casi un 20% en Estados Unidos y un 50% en Rusia. El trigo y la soja, el segundo y tercer cereal más importante, respectivamente, también experimentarían fuertes caídas. En las latitudes del sur, el arroz podría no sufrir tanto y las temperaturas más frías podrían incluso aumentar las cosechas de maíz en partes de América del Sur y África.

Dado que muchos países desarrollados producen excedentes para la exportación, su exceso de producción y reservas podrían superarlos durante al menos unos años antes de que se produzca la escasez, pero ello a expensas de las naciones del hemisferio sur. Es casi seguro que los países desarrollados impondrían prohibiciones de exportación para proteger a sus propias poblaciones; para el año cuatro o cinco, muchas naciones que hoy ya luchan contra la desnutrición verían caídas catastróficas en la disponibilidad de alimentos, como Somalia, Níger, Ruanda, Honduras, Siria, Yemen y Bangladesh.

Alan Robock, climatólogo de la Universidad Rutgers (Estados Unidos), indica que las armas nucleares "pueden usarse con consecuencias trágicas para el mundo". "Por horribles que sean los efectos directos de las armas nucleares, más personas podrían morir fuera de las áreas objetivo debido a la hambruna", sentencia.

ESTUDIO CONSERVADOR

Sin embargo, el nuevo estudio podría ser conservador porque India y Pakistán pueden tener bombas más grandes que las que creen los científicos en sus suposiciones. Además, la investigación deja a India y Pakistán fuera de los análisis de cultivos para evitar mezclar los efectos directos de los indirectos en una hipotética guerra entre ambos países.

Los científicos tampoco tuvieron en cuenta los posibles efectos de la lluvia radiactiva, ni la probabilidad de que el hollín flotante causara que la estratosfera se calentara al mismo tiempo que la superficie se enfría, lo que, a su vez, provocaría que el ozono estratosférico se disipe y, de manera similar a los efectos de los refrigerantes ahora prohibidos, admitiría más rayos ultravioleta en la Tierra.

Recientemente se ha prestado mucha atención al programa nuclear de Corea del Norte y al potencial de Irán u otros países para poner en marcha sus propios arsenales. Pero muchos expertos han considerado durante mucho tiempo a Pakistán e India como los países más peligrosos debido a su historia de conflicto territorial casi continuo y otros problemas.

La India probó su primera arma nuclear en 1974 y Pakistán hizo lo propio en 1998. Ambos países ya han tenido cuatro guerras convencionales a gran escala (en 1947, 1965, 1971 y 1999), junto con muchas escaramuzas sustanciales. Recientemente, las tensiones sobre la disputada región de Cachemira han vuelto a estallar. "No estamos diciendo que un conflicto nuclear esté a la vuelta de la esquina, pero es importante entender lo que podría suceder", concluye Jägermeyr.

(SERVIMEDIA)
16 Mar 2020
MGR/mjg