El pasado mes de julio la Comisión de Personas con Discapacidad de dicho departamento le comunicó la asignación de un asistente escolar que se haría cargo de prestar ayuda a su hijo en la escuela durante toda la jornada lectiva, sin embargo, el día del comienzo del curso dicho asistente no había sido asignado por lo que la directora del colegio se negó a admitir al niño.

El ministerio de Educación galo ha notificado a la progenitora que está adoptando medidas para resolver el problema, y que de momento el alumno podrá ir al colegio dos días a la semana.

Una treintena de escolares se encuentran en la misma situación en el departamento de Lot-et-Garonne , según datos del principal sindicato docente de primaria.

Los colegios públicos franceses tienen la obligación de admitir a alumnos con discapacidad e implantar las medidas de apoyo y adaptaciones precisas para que puedan acudir a clase, en virtud de la Ley para la Igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad de febrero de 2005.

Francia contaba con 25.000 asistentes escolares en activo hasta este verano, cuando finalizaron los contratos laborales de 5.000 de ellos, y de momento se desconoce si serán renovados, sin embargo el sistema educativo público galo acoge cada vez más alumnos con discapacidad.

Este curso se incorporan 10.000 nuevos estudiantes con discapacidad a centros públicos franceses, que se suman a los 175.000 que ya estudiaban en ellos el año pasado.