Así se pronunció la jefa de la diplomacia española, en una entrevista en Radio Euskadi recogida por Servimedia, acerca de la posibilidad de que los recelos de Alemania y Holanda impidan una respuesta conjunta de la Unión Europea para hacer frente a las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus.

La ministra arguyó que la respuesta de la UE se ha producido por partes: la primera se ha relacionado con asegurar el abastecimiento y la continuidad del mercado único, para lo que la Comisión ha trabajado para impedir que determinados Estados miembros pongan restricciones a las exportaciones de material sanitario; la segunda, la protagonizó el Banco Central Europeo (BCE) a través de su plan de compra de 750.000 millones de euros en activos públicos y privados para evitar que el coronavirus cause estragos en la eurozona, y, la tercera, la “más complicada”, es la respuesta fiscal conjunta, que debe ir más allá de los planes anunciados por cada uno de los países.

Esto le permitió reflexionar sobre el tipo de señal que la UE quiere dar al mercado mundial, un punto en el que, reconoció González Laya, hay una “discrepancia” entre los 27, puesto que Francia, España, Italia, Grecia, Portugal, Eslovenia y Luxemburgo apuestan por una respuesta “mutualizada, robusta y fuerte”, mientras que Alemania y Holanda consideran que la réplica ha de ser nacional y “sometida a condiciones”.

Por ello, adelantó que la decisión definitiva la deberán tomar los jefes de Estado y de Gobierno en la reunión del Consejo Europeo prevista para esta tarde, después de que el Eurogrupo de esta semana fuera incapaz de encontrar una solución común.

La ministra explicó que Alemania y Holanda “están siendo solidarios, pero ponen un límite a su solidaridad” en el seno de la UE, replicando la actitud que manifestaron durante la crisis de 2008.

Por esa razón, apuntó que la del coronavirus no es comparable a dicha crisis, que “se cebó” con los países con “más desequilibrios internos en términos de deuda que otros”, y llamó a entender que hoy no se libra una “discusión entre frugales y gastadores, esto no es que alguien haya gestionado mal la economía”, sino que se está ante “una pandemia que ha lastrado las economías del mundo”.

“En situaciones excepcionales, se requieren soluciones excepcionales”, aseveró, para, a continuación, reclamar que “no se juzgue la frugalidad o la tendencia al gasto, sino una respuesta común para evitar que se despeñen las economías”.

La ministra manifestó que la UE se encuentra en un “momento delicado” porque a la negociación con el Reino Unido sobre la relación futura tras el ‘Brexit’ se le suma “esta pandemia que no es culpa de nadie, pero afecta a todos”.

Esto le sirvió para sugerir que “quizás hoy es un momento para dar un paso adelante en la construcción europea” y de pensar en los “mecanismos de solidaridad interna”.

González Laya también se refirió a las críticas que el Gobierno está recibiendo por parte de la oposición ante la gestión de la crisis del coronavirus. Lo hizo para dejar claro que no le parece “útil” entrar en ese “juego del ‘ya te lo dije’, ‘ya lo sabíamos’, ‘lo vimos y no actuamos’”.

Prefirió, “por responsabilidad política”, centrarse en “dar una respuesta que ataje el avance del coronavirus”, garantizar el material sanitario y facilitar el retorno de los españoles en el extranjero, lo que no quita para que, cuando se supere esta situación excepcional, se haga autocrítica y se pondere aquello que no se hizo bien y aquello que se hizo y que fue emulado por otros países. “Por mi parte sería irresponsable entrar en este juego de ping-pong. A este Gobierno nos toca remangarnos y trabajar sin descanso para superar esto”, dijo.

También abordó lo referido a la existencia de cifras disímiles en la incidencia del coronavirus en términos de mortalidad. Lo hizo poniendo de manifiesto que los expertos “tienen dificultades para dar una sola respuesta” y dejando claro que hay una “conjunción” de motivos que explican esta situación: el número de test de detección realizados, las distintas maneras de recoger los datos y el tiempo que transcurre entre el óbito y la comunicación del mismo.

Por ello, destacó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, propondrá en el Consejo Europeo de hoy que se establezcan “protocolos comunes”, que “se estandarice la recogida de información” en aras a entender mejor lo que sucede en cada país con el fin de poder “aprender lo que está sucediendo”.

Por último, comentó la situación del retorno de los españoles en el extranjero. Lo hizo reiterando el mensaje que ha transmitido estos días, según el cual los residentes en el exterior deben entender que “no es el momento de ponerse a viajar ni a desplazarse” y han de seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias locales.

En cuanto a los turistas, les trasladó la importancia de que mantengan “la calma, la tranquilidad y la paciencia”, puesto que “nadie se queda atrás”, lo que le permitió recordar que ya han regresado a España 11.000 y está previsto que esta semana lo hagan otros 5.000.

Recordó que en ese retorno no existen privilegios ni prioridades, salvo para los niños, los estudiantes y las personas vulnerables.

Concluyó pidiendo a quien esté en un tercer país que se ponga en contacto con las embajadas y los consulados para que se puedan garantizar el regreso de todos los españoles “lo antes posibles”, algo que, confesó la ministra, “no depende sólo de mi buena voluntad ni de la de mi ministerio”.