Así lo señala en un artículo de la Fundación para el Análisis de los Estudios Sociales (FAES), que lidera el expresidente del Gobierno José María Aznar, en el que Escolano advierte de que “Europa no puede ser siempre el eslabón débil de cualquier crisis global”.

En este sentido, el exministro apunta a que la moneda común cuenta con “unos fundamentos cojos, más propios de una zona de tipos de cambio fijo que de una verdadera Unión Monetaria”, y reclama que esto se supere con esta crisis mediante “un marco institucional acabado, basado en la idea de mutualización”.

Analiza Escolano que la pandemia del coronavirus está sometiendo a las economías desarrolladas a “una crisis sin precedentes”, ya que el Covid-19 “sí nos plantea algo diferente a una crisis financiera clásica”, sobre todo por la práctica interrupción de la actividad económica por la necesidad de frenar el contagio con el confinamiento.

Esta situación está requiriendo “respuestas inéditas”, señala el exministro en su análisis para FAES, refiriéndose al uso masivo, “más o menos improvisado”, de los instrumentos tradicionales con el objetivo de compensar fiscalmente el desplome de la demanda y evitar que este desplome se transforme en una crisis bancaria.

Reconoce que “la incertidumbre es máxima”, por lo que “es difícil prever el efecto de estas medidas”. No obstante, “intentando conservar una cierta perspectiva, el escenario más probable sigue siendo el de una amplia recuperación”, sostiene Escolano, amparándose en que “la historia muestra que la capacidad de recuperación de economías desarrolladas no debe subestimarse”.

No obstante, ve evidente que esta nueva crisis dejará “huellas duraderas”, en primer lugar en el endeudamiento. “La II Guerra Mundial llevó la deuda a cifras cercanas al 200% del PIB; hoy tenemos que estar preparados para un aumento si no igual, al menos de muy elevada magnitud”, subraya. A esto une las “huellas ideológicas y políticas”.

En este sentido, advierte de que “estaríamos ciegos si no viésemos que tal y como sucedió tras 2008, el modelo liberal y el orden multilateral que surgió de él van a ser cuestionados de nuevo, y con fuerza”. Para la defensa de ese orden liberal, se refiere a la necesidad del “liderazgo” de Estados Unidos, pero también avisa de que Europa “no puede ser siempre el eslabón débil de cualquier crisis global”.

Y tras la recuperación, prosigue Escolano, la economía europea tendrá que “afrontar las insuficiencias de siempre”. “La pandemia del coronavirus nos enfrenta a una crisis distinta, grave y sin precedentes que requiere una respuesta contundente, sobre todo en Europa. Esta respuesta nos llevará por terrenos poco transitados. Los enemigos de las sociedades abiertas la plantearán como una oportunidad. En esto, al menos, no serán tan diferentes”, concluye.