La patronal, que ya está suministrando información útil al tejido empresarial sobre las medidas aprobadas por los gobiernos y sus repercusiones de manera puntual, extendería la opción de contribuir en esta batalla a sus asociados de la mano de grandes compañías del país, según confirmaron a Servimedia fuentes empresariales.

Desde que se declaró la crisis sanitaria y se decretó el estado de alarma son miles las compañías de todos los sectores y rincones volcadas en ayudar con donaciones, compra de material o, incluso, poniendo sus capacidades al servicio de gobiernos y autoridades.

A iniciativa propia, aunque en coordinación con las autoridades sanitarias, firmas como Santander, Telefónica, BBVA, Iberdrola o Inditex han desplegado, por ejemplo, un proyecto consistente en donar cada una un fondo de 25 millones de euros para adquirir material sanitario. Su intención es lograr artículos de urgente necesidad como ropa de protección, ventiladores o mascarillas con su compra o incluso producción.

La idea, abierta a otras empresas, incluye la aportación de sus recursos y proveedores e, incluso, el grupo de Amancio Ortega, que junto al textil gallego se está volcando en la fabricación de mascarillas y batas, ha habilitado su logística para importar el material desde China, al tener negocio y estructura allí.

Es solo un ejemplo de la solidaridad despertada entre el empresariado para poner su granito de arena, siendo interminable el listado de sociedades que arriman el hombro. Muchos lo hacen directamente con su negocio como es el caso de los bancos acordando moratorias de meses en pagos de créditos, anticipando pensiones o proporcionado liquidez a quienes verán seriamente mermados sus ingresos; o cadenas alimentarias que distribuyen gratis comidas y bebidas o los múltiples grupos hoteleros que han cedido sus establecimientos para que sirvan de hospitales o alojar al personal que lo precise.

Son legión las compañías aéreas que se ofrecen a transportar material o como Renfe, dejando viajar gratis al personal sanitario; las operadoras de telecomunicaciones que fletan aviones con material donado y regalan equipos para el sistema sanitario o las donaciones millonarias también a organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para que refuerce sus líneas de investigación frente al Covid-19.

Sin embargo, falta una plataforma o canal para ayudar a quienes desean contribuir a discriminar cómo resultarían más útiles y organizar la cadena de solidaridad, previa consulta de las necesidades más acuciantes con las autoridades sanitarias y Gobierno central y autonómicos.

El desafío abierto por el Covid-19 obliga a reforzar de una manera insólita los recursos sanitarios. Son igualmente incontables las industrias del sector farmacéutico, de los fabricantes de automóviles, del sector textil y de la confección, de la acería o, incluso, del cementero que ha reajustado su actividad para producir respiradores, batas desechables, líquido desinfectante y geles hidroalcohólicos o viseras y gafas de protección y no coches ni impresoras ni trajes, cremas o colonias o tubos de acero como hacían.

La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, desveló precisamente la semana pasada un encuentro por videoconferencia con los agentes sociales y otros ministros donde se constató “la necesidad de reorientar la actividad productiva del país hacia lo prioritario”.

Poco después fue la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la que urgía la necesidad de emprender la actividad manufacturera en España para tener reservas para una “economía de guerra”.